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Directivo nacional de la DIBAM recorrió bibliotecas penitenciarias habilitadas por la DPP de O’Higgins

15/05/2013

Gonzalo Oyarzún fue invitado por el Defensor Regional, Alberto Ortega

Directivo nacional de la DIBAM recorrió bibliotecas penitenciarias habilitadas por la DPP de O’Higgins

El propósito fue dar a conocer el trabajo que se realiza en las cárceles de la región, en busca de un apoyo desde el nivel central que permita incrementar y renovar los textos y organizar actividades de fomento lector.

Por Andrea Contreras Márquez,
Defensoría Regional de O’Higgins.

“Emocionado. Estoy profundamente conmovido con la experiencia y sorprendido por el buen trabajo que se hace en estas bibliotecas carcelarias. Conozco otras experiencias y ninguna es como ésta”, dijo Gonzalo Oyarzún, subdirector nacional de bibliotecas públicas, tras visitar las instalaciones que la Defensoría Regional de O’Higgins habilitó en las cárceles de Rengo, Peumo y Santa Cruz a través del proyecto “Leer te hace libre”, financiado con platas del gobierno regional, provenientes del 2 por ciento del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR).

El primer recorrido se realizó en la biblioteca de la cárcel de Santa Cruz, donde Fernando Muñoz, el interno encargado de su administración, le contó a Oyarzún cuál ha sido el impacto de este espacio dentro de la unidad penal.

“Es un oasis colorido dentro de lo gris y frio de los muros y las rejas de esta cárcel. Los chiquillos vienen porque se evaden de su encierro. Acá siempre hay música clásica, exhibición de documentales, libros, revistas y buena disposición para atenderlos, recomendarles libros, mostrarles reportajes y eso lo agradecen. A diario al menos recibimos 25 visitas y en el mes se llevan 180 ó 200 libros a sus celdas”, explicó.

Esta versión fue avalada por el jefe de la guardia interna del recinto, suboficial Juan Torres, quien agregó que, además, “se han visto notoriamente reducidos los episodios de estrés y autolesiones desde que existe la biblioteca, pues muchos internos han canalizado sus angustias y ansiedades a través de la lectura. Por lo mismo, nosotros hemos dado todas las facilidades para que ellos accedan a este lugar a leer o se lleven los textos a sus celdas”.

APOYO DE LA DIBAM
El Defensor Regional de O’Higgins, Alberto Ortega, explicó que “la invitación al subdirector nacional tiene por objetivo comprometer el apoyo de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), a través de la Dirección Nacional de Bibliotecas Públicas, para conseguir el incremento del fondo bibliográfico y la realización de actividades de fomento lector que nos permitan mantener 'vivas' estas bibliotecas, teniendo una programación atractiva que siga seduciendo a los internos con los libros u otras actividades que se hacen en su entorno, como los talleres literarios o los ciclos de cine”.

La gira de Oyarzún también contempló una visita a la biblioteca de la cárcel de Peumo, una unidad penal más pequeña y rural, pero donde la llegada de la biblioteca también ha marcado un antes y después en la convivencia de los internos y en el uso de la lectura como evasión del estrés propio del encierro y el uso del tiempo ocioso.

Según Patricio, el interno encargado de la biblitoeca, en este penal ha aumentado en un mil por ciento el número de internos que la visitan durante los ocho meses que lleva el proyecto en ejecución. Y los intereses y complejidad de los libros a los que acceden han ido “in crecendo”, pues “muchos partieron con enciclopedias ilustradas o libros de cuentos con mucha fotografía y de a poco se han atrevido con textos más complejos, como novelas latinoamericanas”.

Gonzalo Oyarzún dijo más tarde estar gratamente sorprendido. “Cuando los acompañé en la inauguración del proyecto, en agosto del año pasado en Rengo, me llamó la atención lo adecuado del espacio, lo cuidado del lugar, pero no sospeché el impacto real que tendría en cárceles de índole más bien rural una biblioteca de estas características”.

Por lo mismo, se comprometió a crear los convenios e instancias necesarias para apoyar la adquisición de nuevos textos y la postulación al Fondo del Libro, para obtener por esa vía recursos para las actividades de fomento lector e instaurar cursos de alfabetización digital ligada a las bibliotecas penitenciarias.

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