03/07/2014
En charla efectuada en esa localidad de la pampa de la Región de Tarapacá
Comuneros aymaras del oasis de Pica conocieron características de la defensa penal indígena
El Defensor Regional y la Facilitadora Intercultural detallaron la forma en que se brinda defensa en causas con imputados de pueblos originarios.
Héctor Mérida C.,
Defensoría Regional de Tarapacá
“¿Teniendo una orden judicial, puede la policía allanar un domicilio a cualquier hora de la noche, y revisar toda la casa?”
Esta fue una de las preguntas realizadas por los asistentes a la charla sobre Defensa Penal Indígena cumplida en la localidad de Pica, ante una veintena de integrantes de organizaciones aymaras. La interrogante motivó una larga respuesta que revisó varios aspectos de las garantías que tienen las personas ante la indagatoria penal, oportunidad en que también explicó que tales derechos los tienen también los extranjeros, aclaración necesaria porque la inquietud fue planteada por un inmigrante de origen boliviano.
El tono de esa intervención retrata el ambiente de concentración con que los asistentes atendieron a la exposición del Defensor Regional de Tarapacá, Marco Montero y de la Facilitadora Intercultural Andrea Mamani, quienes detallaron los aspectos básicos del sistema penal, las funciones institucionales de la Defensoría y los derechos de los imputados. Tal atención estuvo también presente durante la exhibición preliminar de los videos sobre esta temática y sobre la experiencia de un imputado inocente, procedente del pueblo atacameño.
“Para nosotros fue una exposición muy buena, que nos aclaró muchas cosas, lo que es muy útil porque la gente aquí está muy desinformada”, destacó Graciela Palape, presidenta de la Asociación Indígena “Camino del Inca”. La dirigente fue la promotora de esta actividad, ayudando en la convocatoria y en conseguir el respaldo de la Municipalidad de Pica, que facilitó Salón Municipal O’Higgins y el equipamiento para este encuentro.
Pica es un poblado ubicado a 114 kilómetros al interior de Iquique y a mil 400 metros sobre el nivel del mar, en un oasis con un microclima que la mantiene siempre con días soleados y tardes tibias. Tiene unos 6 mil habitantes que viven del turismo, la agricultura y de actividades de servicio a la minería.