Sala de Prensa

11/05/2006

Grupo multidisciplinario de la DPP recorrió Copiapó, Chañaral y Diego de Almagro

Equipo técnico que visitó a funcionarios de Atacama entrega detalles de su visita

Gabriel González, Pamela Núñez, María Cecilia Sepúlveda y Jacques Mora visitaron la zona para evaluar la situación socio-económica y sicológica de los funcionarios de la región, para definir a partir de eso cómo se iba a estructurar el proceso de apoyo que impulsará la Defensoría a nivel nacional.

Por Marcelo Padilla V.,
Defensoría Nacional.

“Nosotros fuimos prácticamente un mes después y el daño todavía es caótico”, advierte el arquitecto Jacques Mora, encargado de infraestructura de la Defensoría Nacional, al comentar su impresión sobre lo que vio y vivió entre el 20 y el 22 de abril, cuando le correspondió integrar un comité multidisciplinario creado por orden del Defensor Nacional, Andrés Mahnke, y que visitó Copiapó, Chañaral y Diego de Almagro poco menos de un mes después de los aluviones que afectaron a la Región de Atacama el 25 de marzo pasado.

El grupo, a cargo del jefe del Departamento de Administración y Finanzas, Gabriel González, estuvo integrado también por la jefa de Bienestar, Pamela Núñez, y por la sicóloga María Cecilia Sepúlveda, profesional de Capacitación y Desarrollo Organizacional de la Defensoría Nacional. Los objetivos principales fueron dos:

“La idea de la visita a terreno era evaluar cómo se iba a estructurar el proceso de colaboración y apoyo para los funcionarios de Atacama afectados por los aluviones, a partir de tres aspectos principales: el tema socio-económico, el tema sicológico y el tema de infraestructura, tanto de nuestras oficinas en la zona como de las viviendas de nuestroas funcionarios”, explica Mora.

Así, el arquitecto y el jefe de la DAF estuvieron en la zona entre el 20 y el 22 de abril, mientras que Pamela Núñez y María Cecilia Sepúlveda lo hicieron entre el 21 y el 23 del mismo mes. En el primer caso, Mora y Núñez se reunieron primero con los directivos de la Defensoría Regional de Atacama y luego viajaron a Chañaral para conocer directamente los daños sufridos por la Defensoría Local de esa ciudad, inmueble que resultó con gravísimos daños y que no podrá volver a utilizarse. Allí los recibió el abogado Ignacio Osorio, el defensor local.

Núñez y Sepúlveda, en tanto, enfocaron sus reuniones con los directivos y sus entrevistas con los funcionarios a dos objetivos: conocer sus necesidades socioeconómicas inmediatas y su estado emocional, por un lado, y proyectar los detalles y las etapas de los procesos de apoyo que la institución brindará a nuestros compañeros de Atacama, por otro.

BONO Y CAMPAÑA SOLIDARIA
Al explicar la tarea que les correspondió junto a Pamela Núñez, María Cecilia Sepúlveda aclara que “tuvo que ver con levantar las necesidades básicas de los funcionarios y también las necesidades relacionadas con cuadros de somatización y salud sicológica, en general”.

La jefa de Bienestar comenta que al entrevistarse con los funcionarios notaron, por ejemplo, que todos ya se habían inscrito, a través de una ficha de emergencia del Ministerio de Vivienda, para recibir un ‘bono de enseres’ que entregará el gobierno.

“Pudimos confirmar que todos los funcionarios de la Defensoría Regional resultaron afectados, porque todos debieron asumir gastos no contemplados, como matrículas para sus hijos en otras ciudades o gastos en maquinaria para extraer el barro, entre otras cosas”.

Sin embargo, las situaciones más críticas afectaron al defensor licitado Alejandro Villa Biott y a la asistente institucional Catherine Araya, de la Defensoría Local de Chañaral. Las viviendas de ambos en Diego de Almagro resultaron completamente destruidas por el lodo y por ello se decidió que la campaña solidaria nacional que organizará la Defensoría buscará ayudarlos a ambos -con el apoyo mancomunado de funcionarios institucionales y licitados, más todas las asociaciones gremiales de la DPP-, directamente para que tengan pronto un lugar donde vivir.

“En Diego de Almagro la situación es muy compleja. Nadie tiene agua y dependerán de camiones aljibes hasta por lo menos nueve meses más, siendo bien optimistas, porque tienen que hacer todo el alcantarillado de nuevo. Es un error pensar que allá ya está todo normal. Todos están aún en una dinámica de sobrevivencia”, explica Pamela Núñez.

De la dinámica de reuniones con directivos y funcionarios se decidió también que el Servicio de Bienestar entregue un ‘bono catástrofe’ a otros 18 funcionarios institucionales de Atacama, con la idea de que al menos puedan cubrir una parte mínima de los gastos extras que han debido enfrentar. Se entregará por tramos, con un monto para auxiliares y técnicos, y otro monto para administrativos y profesionales.

“Como equipo visitamos Chañaral, Diego de Almagro y Copiapó. Conversamos con todos los funcionarios que pudimos y con los directivos determinamos que la campaña se enfoque en las dos personas más afectadas y que otros 18 funcionarios institucionales reciban al llamado ‘bono catástrofe’ de Bienestar. Además, se les está asesorando para efectos de seguros, créditos hipotecarios y postulaciones a bonos de gobierno como el de enseres, entre otros temas”, señala Pamela Núñez.

ALTOS NIVELES DE ANGUSTIA
Respecto del estado sicológico, emocional y fisiológico de los funcionarios de Atacama, la conclusión de María Cecilia Sepúlveda es tajante: “Una parte importante de los funcionarios de toda la región está con altos niveles de angustia e incertidumbre, con alteraciones de sueño y muchos no están comiendo. También hay alto nivel de cansancio físico y agotamiento emocional”.

Pese a lo anterior, destaca dos elementos que percibió en el equipo regional de la Defensoría: “Hay un equipo directivo muy bien percibido, que ha apoyado a los funcionarios en todos los sentidos. Y segundo, son un equipo que trabaja junto hace muchos años y, por ende, se han prestado apoyo entre ellos, lo que les permite sobrevivir de manera optimista y mantenerse muy férreamente unidos”, asegura.

Tras estos encuentros en la zona, Sepúlveda hizo tres propuestas concretas de apoyo en el ámbito sicológico, que se irán materializando progresivamente: “La primera será desarrollar una jornada outdoor de cuatro horas para todos los funcionarios, a desarrollarse en Bahía Inglesa durante mayo y pensada sólo para efectos de distensión. Segundo, habrá continuidad de apoyo sicológico y emocional para los funcionarios, que se mantendrá por un período importante. Y tercero, se aplicará un programa de calidad de vida laboral, pensado inicialmente para agosto, o más bien para cuando podamos hablar ya de calidad de vida, es decir cuando todos tengan agua potable, alcantarillado y otras cosas básicas”, explica.

ARRIENDO DE NUEVA SEDE
Desde el punto de vista de la infraestructura, Jacques Mora explica que como la sede institucional arrendada en Chañaral quedó inservible, ya se está buscando un nuevo espacio que permita recuperar rápidamente la normalidad de la Defensoría en la zona, pues por ahora Ignacio Osorio ocupa una oficina cedida por el tribunal de la localidad, mientras que Catherine Araya, aparte de sus problemas personales, no ha podido volver a trabajar, pues no existe aún un espacio físico donde pueda hacerlo.

“En este momento tenemos tres alternativas de inmuebles. El tema es complejo, porque hay pocas alternativas, pero mientras tanto el defensor local de Chañaral está viendo todas las causas de esa zona, porque Alejandro Villa, que quedó con lo puesto, sólo está resolviendo por ahora las causas de Diego de Almagro, exclusivamente”, señala Mora.

Hablando en general, el arquitecto explica que la situación en la zona sigue siendo muy compleja, básicamente por la gran cantidad de material que inundó todo: casas, oficinas, alcantarillados y otras infraestructuras.

“La ingeniero a cargo de las tareas en Chañaral, que es del Ministerio del Interior, nos explicaba que el proceso de recuperación proyectado es de cinco meses, sólo para las labores de remoción de escombros. Después vendrá un proceso de sanitización de todas las viviendas de la ciudad, porque el lodo no tenía sólo materiales orgánicos, sino materiales tóxicos provenientes de los relaves mineros que colapsaron. En Copiapó el tema es parecido, porque pese a que todos los días sacan toneladas de material, la situación todavía es caótica y lo más complejo es el tema sanitario, por el colapso del alcantarillado”, señala.

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