Sala de Prensa

28/04/2006

Catherine Araya, funcionaria de Chañaral:

“Unidos como familia saldremos adelante”

La asistente administrativa de la Defensoría Local de Chañaral cuenta cómo vivió el aluvión que sufrió la Tercera Región hace ya casi un mes. "Desde el miércoles hasta el viernes estuve completamente incomunicada (…) Fueron días horribles, estaba desesperada”, recuerda.

Por Claudia Jiménez C.,
Defensoría Regional de Atacama.

El pasado miércoles 25 de marzo cambió para siempre la geografía de la comuna de Chañaral, lo mismo que la vida de cientos de sus habitantes. Cerca del mediodía, 18 quebradas del sector se vieron sobrepasadas por una lluvia incesante que las hizo colapsar y retomar su cauce natural, de modo que diversos aluviones de barro, piedras y palos arrasaron con todo lo que encontraron en su camino hacia el mar.

“Estaba lloviendo muy fuerte aquella mañana, pero como todos los días abrí la oficina y me puse a trabajar hasta que nos quedamos sin luz. Decidí volver a mi casa a cambiarme de ropa, pues además el Defensor Regional (Raúl Palma) nos había comunicado por Whatsapp que no nos expusiésemos a ningún peligro. De todas maneras quise volver a mi trabajo, cuando escucho un ruido ensordecedor y la gente corría hacia todos lados. El agua estaba arrasando con todo, menos mal no estaba ahí”, cuenta Catherine Araya, asistente administrativa de la Defensoría Local de Chañaral. 

Cathy desempeña esa función desde hace nueve años. Es oriunda de Diego de Almagro, por lo que vive en el puerto de lunes a viernes y los fines de semana retorna a su hogar para disfrutar a su familia.

Tiene dos hijos mellizos de 19 años que van a la universidad: Krisna estudia odontología en Argentina y Mario, ingeniería en prevención de riesgos en Copiapó. “Soy madre soltera. Yo solita he sacado a mis hijos adelante, aunque siempre he contado con el apoyo de mis padres”, comenta.

DÍAS INCOMUNICADA
“Desde el miércoles hasta el viernes estuve completamente incomunicada, sólo sabía que el alud había arrasado con Diego de Almagro y que habíamos perdido todo, pero aún no tenía noticias de cómo estaba mi familia. No sabía de mi papá ni de uno de mis hermanos, estaban desaparecidos. Fueron días horribles, estaba desesperada, sólo quería estar con ellos, pero los caminos estaban cortados”, recuerda.

Recién el viernes por la tarde, Catherine pudo viajar a su tierra natal a reencontrarse con su familia. “Afortunadamente nadie perdió la vida, estamos todos bien, pero nuestras casas están destruidas por completo, metros de barro por todos lados, la casa de mis padres y las de dos de mis tres hermanos. Sólo se salvó una, que es donde nos estamos quedando”.

La fuente laboral de esta familia era la “Mueblería Araya”, que también se vio afectada por la emergencia. “Lo perdimos todo, el negocio familiar de 50 años de esfuerzo, pero no nos vamos a rendir. Somos unidos y tenemos las fuerzas necesarias para levantarnos de nuevo. Unidos como familia saldremos adelante”, asegura Cathy, con mucho ímpetu

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