Sala de Prensa

22/06/2016

Portada del diario El Austral de Temuco

“Dos jóvenes pasaron 8 meses bajo arresto por robo que no cometieron” (*)

Se trata de dos jóvenes, Rodrigo Carriman y Jeison Hidalgo, quienes fueron detenidos en el año 2012 y acusados por robo con violencia. Cuatro años después, estos jóvenes deciden contar su historia junto a quienes fueron sus abogados defensores y más que eso, tal como lo señalan, “las únicas personas que nos podían ayudar”.

(*): Bajo el título "Inocentes: la otra cara de la justicia que busca remediar los errores del sistema", el siguiente reportaje fue publicado por el diario El Austral de Temuco el pasado domingo 19, medio que destacó en portada el primer caso de La Araucanía que ingresa al "Proyecto Inocentes" de la Defensoría Penal Pública.

Por Lorenzo Lovera,
periodista El Austral de Temuco.

En 2012, Jeison Hidalgo y un adolescente Rodrigo Carrimán fueron acusados de un robo con violencia que afectó a un carabinero que estaba de franco en Padre Las Casas. El primero de ellos estuvo en prisión preventiva y tras 8 meses de investigación, ambos fueron declarados inocentes y hoy son los únicos araucanos en ser ingresados al proyecto de la Defensoría Penal Pública. 

El año 2012 pasaron por los distintos tribunales de la región de La Araucanía un total de 17 mil 353 personas. Todos ellos fueron acusados de cometer uno o más delitos. Entre ellos estuvieron Jeison Hidalgo (18) y Rodrigo Carriman (17), quienes fueron acusados por un carabinero de franco de ser los responsables de un robo con violencia. Fueron detenidos, investigados y tras largos ocho meses, sus nombres fueron limpiados en un juicio oral y hoy son los primeros en ingresar al ‘Proyecto Inocentes’ de la Defensoría Penal Pública.

La vida de ambos amigos tuvo un giro radical la noche del 8 de junio del año 2012, en instantes que ambos conversaban de la vida y sus problemas amorosos en el sector La Virgen de Padre Las Casas. Pasadas las 22 horas, una patrulla de la Tercera Comisaría de Carabineros se acercó a ellos y los tomó detenidos sin darles ninguna explicación.

Jeison Hidalgo fue el más perjudicado de ese extraño procedimiento. Por la gravedad de la pena asignada al delito, 5 años y 1 día de privación de libertad como mínimo, el magistrado de esa jornada estimó que él y otros dos adultos fueran enviados a la cárcel de Temuco, para cumplir con la medida cautelar de prisión solicitada por el Ministerio Público.

Si bien es cierto cuando le dijeron que tenía que irse a la cárcel Jeison pensó lo peor, el paso del tiempo lo hizo reflexionar y asegura que lo peor no fue estar allí, sino que lo más fuerte fue el proceso completo de un año sin saber qué iba ser de su futuro.

“Uno se imagina lo peor altiro cuando te dicen ‘te vas a la cárcel’. Yo pensé que después del control me iba ir a mi casa, porque yo sabía que no hice nada. En todas las audiencias de juicio tenía dudas. Fue una tortura de un año, por no saber qué iba a pasar”, recuerda.

Sobre su paso por el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Temuco dice no tener malas experiencias. Asegura que no tuvo mayores conflictos y que lo peor “eran los allanamientos de protocolo, donde había que desnudarse, pero no me pasó nada grave, ni siquiera me vi envuelto en una pelea”, dijo.

Su mayor dolor durante el proceso fue no entender por qué “nos echaron a todos adentro del mismo saco” y otra de las espinas clavadas es no poder haberle visto la cara al carabinero que lo acusó a él y su amigo de haber cometido ese supuesto robo.

“Él siempre estuvo detrás de un biombo donde no lo podíamos ver. Nosotros nunca le vimos la cara a él y él a nosotros. Eso no me gustó”.

Rodrigo Antonio Carriman Colli, en ese tiempo de 17 años, fue investigado por el mismo delito. Al igual que su amigo Jeison, él nunca había tenido problemas con la justicia, ni siquiera le habían solicitado el carnet de identidad en su vida.

Su sorpresa fue aún más grande horas más tarde, cuando un gendarme le dijo en el calabozo del Juzgado de Garantía de Temuco que estaba allí por haber cometido el delito de robo con violencia.

“¿Cómo no vas a saber?, me preguntó. Tú estás aquí por un robo con violencia. Ahí recién me enteré y le dije al gendarme que yo no era y todo eso, pero me dijo que no podía hacer nada, aunque me explicó lo que iba a pasar más adelante y me tranquilizó”.

De aquella audiencia dice recordar muy poco producto del bloqueo vivido. Eso sí, su mayor dolor fue ver cómo su amigo, su confidente, era llevado a la cárcel por un error.

“Me acuerdo que cuando entré a la sala, miré primero al juez y luego a las bancas, donde estaba mi mamá, mi hermano y mi polola, llorando obviamente. Yo ahí me desplomé y don Mauricio Mardones me dijo que me parara –había evitado que yo me fuera al Sename y quedé con arresto domiciliario nocturno– y en eso espero que se pare mi amigo para irnos juntos y ver cómo no íbamos a defender, pero se lo llevaron a la cárcel. Lo primero que pensé fue cómo le explicaba eso a su familia, porque mal que mal yo estaba libre y él no. Eso fue lo más duro, porque no sabía lo que iba a pasar con él”.

Cuando todo parecía volver a la normalidad, un viaje a Argentina junto a su polola y compañeros del liceo le dejó en claro a Rodrigo que su causa lo iba a perseguir, al menos, por un tiempo más.

“Ese día en la aduana me tuvieron retenido porque los papeles no se habían aclarado y aparecía con arraigo nacional vigente. Traté de explicarle a la mujer que tuve una causa y que el juicio había resultado a mi favor y tuve que llamar a mi hermana y por suerte estaba la tarjeta con el número del abogado y gracias a eso pude pasar”, recuerda.

Hoy Carriman asegura ser un hombre feliz. Trabaja en un taller mecánico como pintor automotriz, aunque aún con la espina clavada contra ese carabinero de franco que esa noche del 8 de junio de 2012 lo acusó de robo con violencia, de quien incluso, le quedan dudas del supuesto delito del cual fue víctima.

“Yo no sé si lo que le pasó fue así, él nos echó la culpa a nosotros, y yo también tengo derecho a desconfiar. A lo mejor andaba en algo malo y para salir bien, le echó la culpa a otros. Yo creo que arrancarle la libertad a una persona inocente debería ser un delito. Nadie tiene el derecho a jugar con el destino de nadie”, sentenció.

PROCESO
Los defensores Eugenio Sáez Infante y Mauricio Mardones fueron los profesionales de la Defensoría Penal Pública en tomar las defensas de Rodrigo Carriman y Jeison Hidalgo, respectivamente.

El primero en ver el caso fue Mauricio Mardones. Él tuvo la misión de controlar la detención de Carriman e Hidalgo y recuerda que “la investigación siempre fue muy extraña, había algo que no concordaba”.

Después de esa audiencia de control de detención, Mardones Espinoza se quedó con la defensa de Jeison Hidalgo, quien fue enviado a la cárcel de Temuco para cumplir la medida cautelar de prisión preventiva, la que cumplió por cuatro semanas de manera errónea.

De acuerdo al propio Mardones, los argumentos que tuvo que presentar ante la Corte de Apelaciones para sacarlo de ese lugar se basaron en su historial personal, que en términos jurídicos era intachable. 

“Se recopilaron, a través de los padres, todos los antecedentes sociales de este muchacho, para acreditar que no era un peligro para la seguridad de la sociedad, ni para la víctima, ni para los fines de la investigación. Eso, porque era un muchacho que no tenía ningún contacto con el mundo criminal y eso felizmente se pudo acreditar”.

Tras pasar todo ese proceso bajo arresto domiciliario nocturno, más de 8 meses, Carriman tuvo que enfrentar a la justicia en un juicio oral, donde arriesgaba una pena de 5 años de internación en régimen cerrado en un centro del Sename.

En el juicio, su abogado defensor, Eugenio Sáez, explicó que a Carriman “le vulneraron todos sus derechos”, partiendo por no comunicarle el motivo de su detención.

Sobre los supuestos hechos, el defensor penal dijo que “desde un primer momento Rodrigo nos refirió que él no tuvo participación en los hechos, que desconocía a los autores y que, en definitiva, termina con una detención al voleo”.

Lo dicho por Sáez concuerda perfectamente con el razonamiento hecho por el Tribunal Oral en Lo Penal de Temuco, que tras escuchar todos los antecedentes dijo que los hechos planteados por la víctima en el mismo juicio a una supuesta ronda de reconocimiento.

“No existen elementos que permitan afianzar el reconocimiento hecho en la audiencia por el afectado, que él mismo, al ser consultado de la razón por la que reconocía al encausado, señaló que por su tez morena y si bien el mismo lo es claramente, la mayoría de la población nacional posee dicho rasgo, de manera que dicho elemento es por completo demasiado genérico para ser considerado razonablemente”.

En el juicio de Jeison Hidalgo, en tanto, los jueces del tribunal oral en lo penal fueron un poco más allá y sostuvieron que el acusado “prestó un testimonio exculpatorio que resultó se del todo plausible, al punto de que el propio Ministerio Público, basado en el principio de objetividad, destacó dicha circunstancia en la clausura".

Por si eso fuera poco, ese mismo tribunal dijo respecto del testimonio de la víctima, que “dicho ofendido sólo reconoció a Luis Cárdenas Torres (otro imputado), más no a los otros dos enjuiciados, señalando que el aludido Cárdenas fue la persona que le exigió la entrega de su celular y monedas”.

En dicho fallo se termina concluyendo que “mal puede dársele credibilidad al reconocimiento que efectuó en estrado (la víctima), pues ello conllevaría aceptar un margen de error que supera con creces la existencia de una duda razonable”, concluye el razonamiento de los jueces. 

Finalmente, la causa terminó con la absolución de ambos amigos, situación que no fue apelada por el Ministerio Público y, de hecho, según el mismo sistema, la investigación concluyó sin que se conociera al verdadero autor del delito de robo con intimidación.

LA OTRA REALIDAD
Si bien Carriman e Hidalgo son las primeras personas de La Araucanía en ingresar al ‘Proyecto Inocentes’ de la Defensoría Penal Pública, su experiencia puede ser comparable a la de otras miles que en su oportunidad han sido acusadas erróneamente de cometer un delito.

Aquellas imputaciones, de acuerdo a la última cuenta pública entregada por la defensora regional, Bárbara Katz Medina, correspondientes al año 2015, refieren que durante ese ejercicio las personas declaradas inocentes o que recibieron condena llegaron a las 2 mil 272, representado el 16,5 por ciento de los representados por los distintos defensores de la región.

De ese universo, según las cuentas de la Defensoría, un total de 95 personas estuvieron en algún minuto bajo la cautelar más gravosa: prisión preventiva, cifra levemente superior al año anterior (2014), que anotó un total de 92 casos.  

Un año antes, el 2014, el trabajo de los abogados de la Defensoría tuvo resultados positivos en 2 mil 599 casos –3 de ellos afectaron a personas con problemas mentales–, al  lograr que todas esas personas fueran absueltas o no condenadas.

En 2013, en tanto, la Defensoría Penal Pública pudo acreditar más allá de toda duda razonable que otros 326 imputados no tuvieron participación alguna en los hechos que se les imputaron.

A ese antecedente debe sumarse que ese mismo año los distintos jueces de garantía de la región declararon ilegales las detenciones practicadas por Carabineros y la Policía de Investigaciones en 96 oportunidades, de un total de mil 747 solicitudes hechas por la Defensoría Penal Pública.

EL PROYECTO
En agosto del año 2013, la Defensoría Penal Pública puso en marcha el ‘Proyecto Inocentes’, el cual surge como una idea inspirada en trabajos realizados por organizaciones como Innocence Project (Proyecto Inocencia) en los Estados Unidos, con la misión de mejorar ciertas prácticas, hábitos y rutinas de trabajo de los principales actores del sistema de justicia.

Según dijo en su oportunidad la propia defensora regional, Bárbara Katz Medina, el mencionado proyecto “busca brindar un espacio de reparación y reconocimiento para las personas inocentes que fueron injustamente privadas de libertad”.

La inclusión de Jeison Hidalgo y Rodrigo Carriman fue aprobada por una comisión, luego de corroborar una serie de criterios que exige el proyecto para ser parte del mismo.

Aquello implica, por ende, que los postulantes cumplan con los siguientes requisitos: personas inocentes que han estado sometidas a la cautelar de prisión preventiva o cuya detención fue ampliada injustificadamente y cuyas causas terminaron porque la Fiscalía hizo uso a su facultad de no perseverar, por sobreseimiento definitivo (inocencia o ausencia del hecho punible) o absoluciones donde quedase demostrada el error que permite la injusta privación de libertad.

Fuentes de la misma Defensoría Penal Pública de La Araucanía confirmaron a El Austral que en la actualidad hay un segundo caso en estudio, lo que podría ascender a tres las personas declaradas oficialmente inocentes en la región.

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