Sala de Prensa

31/08/2016

En el marco de un diálogo penitenciario

Defensor Regional de O’Higgins desayunó con internas del penal de Santa Cruz

Conocer las inquietudes y evaluación que hacen estas mujeres respecto de la defensa pública penal y penitenciaria fue el objetivo de Alberto Ortega.

Por Andrea Contreras Márquez,
Defensoría Regional de O'Higgins.

En un pequeño reducto de la vieja cárcel de Santa Cruz habitan 17 mujeres –imputadas y condenadas–, que cuentan con un mínimo espacio para vivir, pero todavía más reducido para realizar talleres o actividades que llenen sus días. El penal, mayormente ocupado por varones, las dejó relegadas a ese espacio, que de todos modos cuidan y transforman en su hogar.

“Ese es uno de nuestros principales problemas. La falta de espacio y, por lo tanto, de ofertas de actividades como talleres, recreación, deporte o capacitaciones. Sólo tenemos 20 minutos de zumba a la semana”, se quejaba Marisol, una de las internas condenadas de la sección femenina del penal santacruzano.

En cuanto al trabajo de la Defensoría, alabaron la figura del defensor penitenciario y argumentaron que muchas de ellas, después de recibir sus respectivas condenas, nunca más vieron a su abogado. Por tanto, “es muy bueno que contemos con un profesional que nos ayude con esos trámites internos, que abogados particulares le cobran a nuestras familias, señaló Yessenia.

Igual de favorable fue la opinión de María Adriana, quien sigue imputada por una causa de tráfico de drogas, pero que ha visto en su defensor penal público a una persona muy competente y preocupada por su caso. “Yo estoy clarita. Sé que me van a condenar, pero mi abogado se la ha jugado por mi y por rebajarme la condena a la que realmente merezco”, señaló.

El Defensor Regional, Alberto Ortega, agradeció la confianza y atención de las internas y se comprometió a mediar con el Fosis, el Sence y el IND para mejorar la oferta de actividades para ellas, de modo que hagan más llevadero su tiempo de encierro.

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