Sala de Prensa

15/12/2016

En diálogo participativo

Internos del CET de Cañete conocieron detalles de la defensa penitenciaria

Además de conversar con los internos, la coordinadora regional de defensa penitenciaria del Biobío recorrió el recinto junto al jefe de la unidad carcelaria, para conocer la forma en que viven quienes cumplen allí su condena.

Por Victoria Haquin V.,
Defensoría Regional del Biobío.
 

Veintiuno de los 22 internos que residen en el Centro de Educación y Trabajo (CET) de Cañete se sumaron a un diálogo participativo organizado por la Unidad de Estudios de la Defensoría Regional del Biobío, con el objetivo de difundir entre los condenados los alcances del modelo de defensa penitenciaria.

María Cristina Melgarejo, coordinadora regional de esta defensa especializada, entregó detalles del apoyo que la Defensoría puede entregar a las personas ya condenadas y luego dio paso a las preguntas de los internos, enfocadas principalmente en la forma de acceder a los beneficios intrapenitenciarios.  

La defensora detalló que los internos tenían algunas dudas respecto de la libertad condicional, que era el trabajo que más habían visibilizado de la defensa penitenciaria, “pero también muchas otras relativas a los permisos de salida: si tienen derecho a ciertos permisos, qué requisitos debían cumplir y cómo  nos podían contactar”.

Tras el encuentro con los “colonos” –como denomina Gendarmería a los internos del CET-, Melgarejo se reunió con el jefe de la unidad, suboficial Héctor Cárcamo, con quien recorrió el recinto, que tiene una sección agrícola y otra de construcción.

María Cristina Melgarejo destacó que se trata de un recinto amplio, con condiciones distintas a las habituales en las cárceles, donde los internos pueden tener un celular y recibir visitas diarias, en el caso de que sus familias puedan hacerlo. Además, viven en cabañas con computador y acceso a internet, elementos que los ayudan en su proceso de reinserción.  

Para la coordinadora de defensa penitenciaria la actividad fue muy productiva, ya que a los condenados “les quedó mucho más claro que los podemos ayudar en diversas solicitudes que ellos efectúan, no sólo con la labor de Pía Campos -defensora pública penitenciaria de la zona-, sino también con la de su asistente social, Bernardita Garcés”, concluyó.

 

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