Sala de Prensa

26/02/2018

Columna de opinión diario la Estrella de Arica

El problema de la corrupción policial

No se trata de hacer leña del árbol caído atacando a Carabineros, sino de mostrar cómo en un Estado de Derecho tienen cada vez menos cabida las instituciones carentes de control, y los riesgos de aumentar atribuciones y disminuir frenos y contrapesos en estos temas.

Por Claudio Gálvez Giordano,
Defensor Regional Arica y Parinacota

Uno de los temas noticiosos de los últimos días ha sido el del sonado fracaso de la “operación Huracán”, que ha puesto en tela de juicio el actuar de las policías, al descubrirse la manipulación y “plantado” de evidencias por parte de Carabineros en un caso de alta connotación pública.

¿Y por qué resulta tan grave que se descubra que se han manipulado evidencias y/o fabricado pruebas? Partamos de la base de que la sociedad ha renunciado al uso de la fuerza por parte de los particulares, otorgándole el monopolio de ésta al Estado, a fin de que sea éste quien garantice la convivencia pacífica y la seguridad de los ciudadanos. Como la investigación y represión del delito se encuentra entonces en manos de las policías,  el sistema completo descansa sobre la base de la confianza en el trabajo que éstas realizan, y en que si se priva de libertad a los ciudadanos, es tras un juicio realizado en el marco de un debido proceso, en que el Estado aporta las pruebas que demuestran más allá de toda duda razonable, que aquéllos participaron en la comisión de un delito. Resulta evidente entonces que si se demuestra que las propias policías están cometiendo a su vez delitos en el ejercicio de sus funciones, se pone en juicio la credibilidad completa del sistema, incluso si se trata de un caso puntual. La gente obviamente se pregunta ¿cuántas veces más lo han hecho? ¿Si esto pasa en casos de alta connotación, qué puede esperarse para los que no la tienen o que no están sujetos al escrutinio público? Y es la confianza completa en el sistema la que se desmorona.

El problema es complejo. No se trata de hacer leña del árbol caído atacando a Carabineros, sino de mostrar cómo en un Estado de Derecho tienen cada vez menos cabida las instituciones carentes de control, y los riesgos de aumentar atribuciones y disminuir frenos y contrapesos en estos temas. Como muchas leyes y proyectos van por ese camino (más facultades a las policías, menos facultades controladoras a los jueces), la ocurrencia de situaciones como la aquí comentada muestran precisamente los peligros que ello conlleva para la institucionalidad.

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