Sala de Prensa

18/07/2018

Columna de opinión:

¿Qué significan 48 inocentes presos?

En el siguiente artículo, publicado por el diario La Estrella de Arica, el Defensor Regional, Claudio Gálvez, explica que "el problema está en que esos inocentes pagan con su libertad las culpas de un sistema que se vuelve cada vez más punitivo y propio de un Estado policial".

Por Claudio Gálvez Giordano,
Defensor Regional de Arica y Parinacota.

Hace poco se destacaba en este mismo medio una cifra que acabábamos de dar a conocer en nuestra cuenta pública: durante el pasado año 2017 en nuestra región, 48 personas estuvieron presas siendo inocentes y alcanzaron su libertad tras un proceso judicial que terminó con una sentencia que establecía su inocencia.

¿Qué significa para el sistema lo anterior? Quizás, desde una mirada simplista, uno podría pensar que la cifra demuestra precisamente que aquél funciona, que una adecuada defensa logró evitar que esos inocentes fueran condenados, aunque en principio todo indicaba su culpabilidad, y por ello estaban en prisión preventiva.

El problema está en que esos inocentes pagan con su libertad las culpas de un sistema que se vuelve cada vez más punitivo y propio de un Estado policial, y se está convirtiendo la prisión preventiva en una pena anticipada, considerando como verdadero castigo no el que sobreviene tras la sentencia, sino la prisión que se impuso mientras la persona estaba siendo investigada. Mientras se le presumía inocente.

Y cada modificación legal que se realiza va por la misma vía: limitar las facultades de los jueces y aumentar las de las policías, con lo que inevitablemente la posibilidad de error del sistema se multiplica.

Las cifras son devastadoras y las hemos expuesto anteriormente: en diez años se ha duplicado el número de personas en prisión preventiva en todo el país (de 15 mil en 2006 a más de 30 mil en 2017), y ahí donde antes sólo un quinto de la población carcelaria estaba presa preventivamente (2008), hoy es más de un tercio (2017).

En cárceles ya de por sí atestadas y sobrepobladas. En condiciones inhumanas. Lo malo es que en todo Chile, más de 3 mil personas vivieron lo mismo que los 48 de Arica: estar privados de libertad siendo inocentes.

Finalmente, si las cifras por sí solas no lo convencen de la urgencia del problema, si cree que más vale inocente preso que culpable suelto, una última reflexión: cada vez que tenemos a un inocente preso, el verdadero culpable está libre. Y el sistema falla no una, sino que dos veces.

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