Sala de Prensa

23/10/2018

Reportaje publicado en La Estrella del Norte

La historia de Jhon y su cambio de vida tras las rejas

El joven se encuentra de la unidad juvenil del Centro de Cumplimiento Penitenciario Concesionado de Antofagasta y se convirtió en el primer interno del país en obtener un contrato de trabajo mientras aún cumple condena.

Por Julia Arriagada Márquez,
Defensoría Regional de Antofagasta.

A primera hora de la mañana, Jhon está listo y dispuesto para comenzar con su jornada laboral. Sin embargo, no trabaja en un lugar cualquiera, si no que lo hace en el Centro de Cumplimiento Penitenciario Concesionado (CCPC) de Antofagasta, ya que se encuentra privado de libertad.

"Cuando salga quiero ser otro, hacer una vida, tener hijos, una familia y ver el futuro con esperanza. Eso me lo enseñó el trabajo y el apoyo de quienes han estado conmigo en esta etapa", dice el joven, que a sus 28 años está tomando conciencia sobre sus actos y dando todo de su parte para poder reinsertarse en la sociedad.

Su caso es único en Chile, por lo que se transformó en el primer interno de una sección juvenil de unidades penales que obtiene un contrato de trabajo, en este caso con la empresa concesionaria Sodexo.

Fue durante una de sus jornadas laborales que Jhon entregó su testimonio de vida y contó que comenzó a trabajar en mayo pasado.

"Llegué acá para cumplir dos años de condena por delitos cometidos mientras era adolescente. Cuando llegué traía grandes problemas con la droga y siempre había delinquido. Por eso no conocía una vida de esfuerzo y superación", explica.

Agrega que una vez interno en el complejo, en cambio, "comencé a conocer las opciones que tenía, a cambiar y terminé hasta trabajando. Eso es maravilloso para mí, porque me dan confianza y así he podido demostrarle a mi mamá que voy a salir a hacer una vida nueva", destaca el joven.

Tan bien le ha ido, que Jhon ahora es un ejemplo entre sus pares, ya que uno de los privilegios con que cuentan quienes trabajan al interior del penal es una mayor libertad para traspasar algunas rejas internas del recinto.

CAMBIO
Pero llegar a esta etapa no fue fácil para Jhon. Según relata, comenzó a consumir drogas cerca de los 15 años y cada vez le fue más difícil mantener una vida normal, porque comenzó a alejarse de su familia, dejó el colegio y se inició en los delitos.

A pesar de que él sabía que robar y delinquir era malo, en algún momento pensó que su vida sería siempre así. Había perdido la esperanza de cambiar, ya que no se sentía capaz de vivir de otra forma.

"Estoy aquí porque sé que hice cosas malas, pero como estaba tan metido en la droga, nunca fui capaz de parar. Mi mamá siempre intentó hacerme cambiar y la hice sufrir mucho. Ahora, en cambio, quiero aprovechar esta oportunidad y hacer una vida nueva. Lo que aprendí acá nunca lo voy a olvidar y lo que más agradezco es la oportunidad que me dieron. Soy el primero en Chile y espero no defraudarlos, para que puedan seguir ayudando a jóvenes", confidencia.

Según explicó su encargada de caso, Carolina Aranda, profesional de la consultora Psicoactiva, que trabaja los programas de reinserción de los jóvenes en régimen cerrado, el caso de Jhon es bien particular, dado que "a pesar del consumo problemático con el cual ingresó al penal, ha adquirido herramientas solidas de reparación de daño, se posicionó en un estado motivacional de cambio e incluso se repararon los vínculos familiares, frente a lo cual Jhon recobró su autoestima y hoy se visualiza con las capacidades para asumir el cambio y un rol en la sociedad", resalta la psicopedagoga.

También destaca que el joven ha tenido un comportamiento impecable en su trabajo. "Ha demostrado un comportamiento intachable en todas las funciones que realiza, mostrándose como un líder frente a sus compañeros complementado con valores propios de su cargo como lo son la responsabilidad, el buen trato con el personal, presentación personal, buen uso de vocabulario, el valor del dinero y del trabajo", acotó Aranda.

A juicio de la Defensora Regional, Loreto Flores Tapia, la experiencia de vida de Jhon es muy significativa, no sólo por los avances experimentados, sino también porque manifiesta que el trabajo focalizado en la recuperación de habilidades personales permite abrir un espectro de probabilidades de cambio para quienes se encuentran privados de libertad.

"En el trabajo que la Defensoría ha ido desarrollando al interior de los centros penales hemos detectado que más allá de la capacitación laboral y productiva, es necesario también abordar alternativas que permitan a los internos adquirir habilidades blandas que les posibiliten encaminarse al cambio", destacó.

EJEMPLO
Flores reconoce que el caso de Jhon es un ejemplo que motivará que más jóvenes que estén privados de libertad estén dispuestos a reinsertarse socialmente.

"Además del consumo problemático de drogas, las personas muchas veces comienzan a delinquir porque detectan una falta de oportunidades y de rechazo social. Su autoestima se afecta y no se creen capaces de llevar un vida conforme los roles que la sociedad les impone. Nosotros estamos avanzando en afrontar el cambio desde el interior de las personas mediante técnicas como el teatro, las artes y el deporte, de modo que las personas pueden reforzar la visión que tienen de sí mismos y se crean capaces de cambiar de vida", explica la Defensora Regional.

El jefe del recinto penitenciario, comandante Marcelo Abello Burgos, señala que "como Gendarmería de Chile tenemos el compromiso real de entregar procesos de reinserción para la población penal. Esta misión institucional también considera gestiones con nuestras empresas colaboradoras, entregando las facilidades necesarias para el desarrollo de los programas o ideas que se generen en pro de la reinserción socio-laboral".

Abello agrega que "es por esta razón que invitamos al mundo público y privado y organizaciones sociales, para que se acerquen a Gendarmería y podamos trabajar juntos por una sociedad mejor".

A Jhon le quedan sólo 10 meses para salir en libertad y reinsertarse en la sociedad. Mientras tanto, está postulando a ser cambiado de módulo, al de los trabajadores, donde tendría opción de mantener una buena conducta que le permita, en algún momento, ser considerado para optar a la sustitución o la remisión condicional de su pena.

El joven explica que cada día se levanta con toda la energía para cumplir puntualmente con sus labores y se da cuenta que puede ser un aporte a su entorno. "En las mañanas me apuro para tomar desayuno, ponerme el overol y salir a trabajar. Además, cuando viene mi mamá a verme ahora siento que viene feliz. Ella misma me dice que ahora está orgullosa de mí y que ve que he cambiado. Al salir no la voy a defraudar ni a ella ni a todas las personas que acá confiaron en mi", finaliza Jhon, para continuar con sus deberes laborales.

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