Sala de Prensa

12/02/2019

Israel Villavicencio, defensor penal juvenil de Aysén

“Necesitamos intervinientes especializados y comprometidos con la justicia juvenil”

En entrevista con Radio Genial de Coyhaique, el defensor juvenil y la trabajadora social Orietta Rodríguez, ambos profesionales de la Defensoría Regional de Aysén, se refirieron a la Justicia Penal en materia adolescente y analizaron la realidad regional y nacional.

Entrevista replicada por El Diario de Aysén

Los adolescentes son personas en formación, cuyo proceso de madurez intelectual, emocional y fisiológico no ha concluido y pueden ser fuertemente influenciados en esa búsqueda, a veces frenética, de su identidad por los grupos sociales con los que interactúan. Los afectos, cuidados, y protección familiar que hayan recibido, o no, desde su nacimiento hasta su momento actual, determinan su comportamiento.

De lo anterior, resulta evidente que es absolutamente necesaria una justicia juvenil que más que instar al castigo, a la sanción, busque la rehabilitación y reinserción social (o inserción, en muchos casos) de los adolescentes que se ven involucrados en la comisión de delitos. Aún más, es necesario que todos los intervinientes en el proceso penal que enfrenta el adolescente, tengan la especialización necesaria y manifiesten una fuerte vocación en este ámbito. Así aseguraremos que las decisiones y medidas adoptadas para recuperar a los adolescentes sean las apropiadas y rindan frutos efectivos en la resocialización.

Esta fue la conclusión general de una entrevista realizada recientemente a los profesionales del área de Defensa Juvenil de la Defensoría Regional de Aysén, el abogado Israel Villavicencio y la trabajadora social Orietta Rodriguez.

INGRESOS A LA BAJA

En esta entrevista, los profesionales entregaron datos relevantes, como por ejemplo, que según las estadísticas de la Defensoría Penal Pública en los últimos años en la Región de Aysén el número de adolescentes formalizados por la justicia penal ha ido en franca disminución: Si en el año 2011 el número de causas de adolescentes atendidos por esta institución ascendía a 447, en el año 2018 esta cifra llegó a 153, en una línea que ha ido en permanente descenso.

“Es tanto así, que el ingreso del año pasado constituye la cifra más baja de la historia en nuestra región”, comentó Israel Villavicencio.

En opinión del defensor juvenil, los motivos de esta disminución pueden ser muchos, de hecho a nivel nacional se percibe también una disminución, aunque no tan marcada. El envejecimiento de la población u otras podrían ser las razones, sin embargo el punto es que “al contrario de lo que pueda mostrar la televisión o la creencia popular, la mayoría de los adolescentes presentan un comportamiento adecuado (…)”, dijo Villavicencio y añadió que esta disminución no puede llevarnos a la inmovilidad sino que debiera motivarnos a generar políticas públicas con enfoque de Derechos Humanos que tiendan a la protección de los adolescentes (como por ejemplo actividades recreativas, deportivas, culturales, espacios donde puedan sentirse protegidos y formando parte de un grupo positivo) que permitan evitar el contacto de los jóvenes con un sistema penal que es hostil y que puede ser dañino para sus vidas, adoptando otras formas de solución de conflictos que no sean de carácter punitivo en aquellas situaciones que no requieren de la intervención penal.

En este sentido comentó que hacer pasar por un proceso penal – con todo lo que ello significa – a un adolescente que nunca ha tenido problemas con la justicia, resulta más dañino de lo que pueda imaginarse. El sólo estigma social de haber sido investigado por un delito (aunque se haya decretado su inocencia), es decir, que sus amigos, profesores, cercanos sepan que se lo acusó de un delito pueden generar daños en niveles emocionales y en la vida cotidiana del adolescente.

CONTEXTO SOCIAL

En tanto, la trabajadora social del programa de defensa juvenil señaló que si buscamos construir una sociedad más justa y respetuosa de los derechos de todas las personas es necesario poner los énfasis en los grupos más vulnerables, como son los adolescentes “hay muchos adolescentes que  pueden ser rescatados si las instituciones trabajamos coordinadamente entre nosotros y con las familias, interviniendo a tiempo y si no adoptando medidas que suplan esta tardía reacción,  siendo efectivos y enseñando con el ejemplo, es decir, demostrando respeto por ese joven y sus circunstancias (…) no olvidemos que cuando el adolescente llegó como imputado al sistema penal es porque falló la familia, la escuela o liceo y fallamos como sociedad y Estado” dijo Orietta Rodríguez.

En el mismo sentido señaló que si lo que se busca es disminuir los índices de delincuencia es necesario ir a la raíz del problema. Así, comenta que es difícil pedirle a un adolescente que respete normas sociales si desde niño sufrió abandono físico y emocional, pobreza y vio ejemplos negativos en cuanto a violencia intrafamiliar, abusos de poder y consumo de alcohol u otras drogas, lícitas o ilícitas, por nombrar algunos.

“Ese es el contexto social y familiar de la gran mayoría de los adolescentes que hoy representa la Defensoría Penal a lo largo de todo Chile”, expresó Rodríguez.

TRABAJO EN REDES

Los profesionales de la Defensoría Regional destacaron el trabajo que realizan Corporación Opción y  Serpaj (Servicio Paz y Justicia) a través de sus programas, tales como Gandhi, trabajando directamente con los adolescentes en problemas, acompañándolos a audiencias, buscando tratamientos para el consumo de drogas y alcohol, es decir, desempeñando el papel de adultos responsables que sus padres u otros adultos de sus familias, no pueden o desean asumir.

“Nuestro trabajo se coordina con lo que estos programas realizan – destacó Villavicencio – y de esta manera intentamos abrir nuevos caminos para nuestros jóvenes”, concluyó.

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