José Luis Craig, Defensor Regional del Maule.

Defensor Regional de Maule. 

La semana recién pasada se conocieron los resultados de la última encuesta de victimización y temor realizada por Fundación Paz Ciudadana y Gfk Adimark.

Una vez más han dado mucho que hablar, incluso generando un sentido mea culpa por la prensa en un conocido noticiero en vivo de una canal de cable noticias nacional, reconociendo que las noticias de crónica policial efectivamente entregan mucho rating.

Lo anterior se debió a que, tal como lo hemos dicho en esta columna en varias ocasiones, el fenómeno del temor a ser víctima de un delito en nuestra sociedad se ha alejado de la realidad, ya que ésta nos dice claramente a-l analizar los números- que los delitos bajaron considerablemente (del orden de los 5 puntos estadísticos) desde octubre de 2014 a la fecha.

Las causas de esta disociación no han sido suficientemente analizadas aún en Chile, pero evidentemente cualquier ciudadano analítico y medianamente crítico puede llegar a la conclusión de que éstas se pueden agrupar en internas y externas al sistema penal en su conjunto.

Entre las primeras, vale decir, las que dependen del propio sistema penal -sea éste preventivo o represivo-, son manifiestas las faltas en torno a dos temas. El primero, comunicación. En efecto, no se publicitan eficientemente en la prensa los logros o éxitos del sistema chileno, al menos al nivel de como se publicitan sus traspiés.

El segundo foco es la prevención. En cuanto a ella vale la pena detenerse un momento y decir que el trabajo de las policías, si bien este último tiempo se ha orientado a profesionalizarse y a tratar de combatir el delito inteligentemente, con medios tecnológicos que ya están hace tiempo disponibles y que permiten tener presencia disuasoria antes de la comisión de ilícitos, estos esfuerzos aún no son suficientes.

Ahora bien, en cuanto a los factores externos, dos de ellos fueron tocados en el canal de televisión pagado que mencioné al principio de estas líneas. La prensa obtiene evidentes beneficios en sus ventas y sintonías enfocándose sólo en los delitos cometidos y no en los evitados o aclarados. Pero, por otro lado, la política desde un tiempo a esta parte se ha nutrido de un importante número de adherencias o votos que ponen el acento en lo inseguro que es nuestro país y en la forma en que van a voltear esos números con mayor seguridad.

Lamentablemente no ocurre lo mismo con el apoyo decidido -si su objetivo es el declarado- a políticas de reinserción o de educación e inclusión de los marginados de nuestra sociedad, que son los que preferentemente son criminalizados por los órganos de persecución estatal.

Entonces, es válido preguntarse si dada la baja objetiva de delitos en el país, ¿son necesarias 'agendas cortas' y más leyes del tipo “Emilia” para otros delitos? O, por el contrario, tan sólo legislaremos por un temor infundado, que crece más de 8 puntos, sin poner el acento en temas más de fondo que las atribuciones policiales, mayores penas y menos opciones para los que violan la ley por primera vez?

Una conducta más responsable de todos los actores involucrados, y no sólo mea culpas, nos llevarán a poner el foco en otros niveles, con el fin de que la realidad venza al temor y no siga siendo lamentable y extrañamente al revés.