Sala de Prensa

03/02/2020

Tras recibir capacitación en reciclaje

Más de 40 personas privadas de libertad fueron certificadas en emotiva ceremonia

La Defensoría Regional de Antofagasta concluyó el taller “Con mis propias manos: reciclando sueños”, que transformó la basura en muebles y diversos utensilios.

Por Julia Arriagada Márquez,
Defensoría Regional de Antofagasta.

Un nuevo proyecto de reinserción social concluyó la Defensoría Regional de Antofagasta, luego de que 40 adultos y 4 adolescentes que están privados de libertad en el Centro de Cumplimiento Penitenciario Concesionado (CCPC) de Nudo Uribe recibieran una certificación orientada a su retorno al medio libre.

Se trata de la iniciativa “Con mis propias manos: reciclando sueños”, que la Defensoría ejecutó con recursos del 2 por ciento para medio ambiente del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), aprobados el año pasado por el Consejo Regional (CORE).

La ceremonia de egreso se desarrolló en el gimnasio del centro penitenciario y contó con la participación de autoridades regionales, encabezadas por la Defensora Regional de Antofagasta, Loreto Flores Tapia.

En su discurso, la abogada destacó el valor de este tipo de iniciativas, "que no sólo permite a la Defensoría abordar alternativas no tradicionales de aprendizaje de técnicas que luego pueden significar un ingreso, sino también por el efecto que tiene en las personas, en los beneficiarios, quienes se reencuentran con sus habilidades y comienzan su sanación, que es fundamental para luego recobrar sus vidas en la calle. Ellos se equivocaron y merecen que les brindemos oportunidades para volver a la sociedad y retomar sus vidas”, destacó.

El jefe de la unidad penal, Elson Barría, expresó que “en los años en que se ha trabajado en los proyectos de la Defensoría Penal Pública hemos notado un cambio en los internos, que a través de estos talleres adquieren técnicas novedosas y creativas. Eso sin duda les ayuda a dar una finalidad a su tiempo. De esa forma el cumplimiento de la pena no se transforma en una pérdida de tiempo y eso es muy importante para ellos”, explicó el representante de Gendarmería.

TRANSFORMAR BASURA
Luego de la certificación, fue el turno del monitor del taller, Israel Arancibia Blanco, quien durante cuatro meses compartió semanalmente con los 44 beneficiarios, por lo que llegó a conocerlos y pudo explorar sus habilidades manuales, lo que permitió que alcanzaran grandes logros, que fueron expuestos en la actividad: basureros, muebles, adornos y hasta un pesebre, todo completamente desarrollado a partir de materiales de desecho.

En su intervención, Arancibia Blanco destacó que “en este taller no sólo le dimos una segunda vida a la basura, a aquello que la gente bota y olvida. También recobramos a los alumnos, que muchas veces son olvidados o que por cometer errores se cree no tienen una nueva vida. Sí la tienen y noté cambios. Demostraron que pueden hacer grandes cosas y eso me llena de orgullo. No podemos creer que quien comete un delito debe ser desechado de la sociedad. Al contrario, aquí hemos demostrado que son capaces de asumir el desafío. Me siento muy orgulloso por eso”, expresó.

En representación de los alumnos, Patricio agradeció a todos quienes hacen posible esta iniciativa, pero especialmente reconoció que a través de este taller volvió a creer en sí mismo. “De lo único que me avergüenzo es de haber llegado acá, pero a partir de ahora entiendo que es un paso que debo superar y avanzar en este tipo de actividades, que me pueden brindar una gran esperanza para salir adelante”, aseguró.

Para finalizar, los internos anunciaron que los trabajos que desarrollaron en la etapa inicial del proyecto serán donados al Centro Penitenciario Femenino (CPF) de Antofagasta, pues se trata de una serie de basureros y utensilios con motivos infantiles.

Todas las piezas expuestas fueron elaboradas con cajas de cartón, botellones de agua, papel de diarios y revistas, bolsas y basura en general, la que fue trabajada con técnicas de ensamblado, envejecimiento y pintura.

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