Sala de Prensa

24/06/2020

Columna de opinión del Defensor Regional del Maule:

Inocentes o no condenados

En un artículo publicado en el diario El Centro, José Luis Craig abordó las recientes cifras informadas por la Defensoría Penal Pública sobre las personas inocentes y no condenadas en el sistema de justicia penal.

Por José Luis Craig M.,
Defensor Regional del Maule.

Hemos visto en la prensa nacional que se han destacado números realmente preocupantes. Así, según datos oficiales de la Defensoría Penal Pública, suman 566 mil 983 las personas que han sido imputadas de algún crimen, simple delito o falta en los últimos 18 años, lo que en definitiva da muestra de que no han sido sancionados o han sido declarados inocentes.

Tal número es equivalente a alrededor del 12 por ciento de los ingresos totales de la institución. Y de esa cifra global, 33 mil 748 estuvieron privados de libertad, cumpliendo la medida cautelar de prisión preventiva.  

Ahora, si analizamos sólo el año 2019, se decretó la inocencia -o no condena- de 50 mil 840 personas, 42 mil 32 hombres y 8 mil 808 mujeres. De este universo, 12 mil 603 personas fueron declaradas inocentes de todos los cargos presentados en su contra. Dos mil 800 de ellas -dos mil 468 hombres y 332 mujeres- permanecieron, lamentablemente, privadas de libertad.

Afortunadamente, nuestra región del Maule no aparece entre las regiones que más de estos casos aportan al sistema, ya que al analizar la distribución a nivel país, las regiones que concentraron el mayor número de personas inocentes que estuvieron privadas de libertad fueron Antofagasta, Valparaíso, O'Higgins y Metropolitana.

Sin embargo, lo anterior no quita que año a año esta cifra no disminuye y se mantiene en torno a la centena de hombres y mujeres maulinos que han debido pasar un tiempo en la cárcel y luego son sobreseídos, declarados absueltos o son objeto de un término unilateral por el Ministerio Público distinto a una condena.

El uso extensivo y en algunas ocasiones, por qué no decirlo, abusivo de la prisión preventiva, que se yergue más que en una medida cautelar, en una pena anticipada, es una realidad que hemos venido denunciando año a año y que, lejos de morigerarse, se acrecienta, ya sea por la presión de la opinión pública, por lamentables cambios legislativos influenciados fuertemente por el denominado “populismo penal” o por una cierta desidia de parte de todos los operadores del sistema penal, incluida la defensa, que ven en la privación de libertad la salida más cómoda frente a una investigación que recién comienza.

Lo anterior precariamente en este contexto que vivimos, se hace más preocupante dado el nivel de hacinamiento y sobre población de la mayoría de nuestras cárceles, lo que ha motivado la acción de nuestra institución en el último tiempo.

Seguiremos trabajando para que, como sistema penal, nos demos cuenta de que la peor solución de todas para el tema de la delincuencia es la privación de libertad indiscriminada.

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