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07/07/2020

Paula García Medina, encargada de la Unidad de Apoyo a la Gestión de Defensa (UAGD) en Magallanes:

“Mi labor cambió un cien por ciento, pues se ejerce principalmente en terreno y en contacto directo con las personas”

La trabajadora social analiza su rol en el marco de la actual crisis sanitaria y explica cómo cambió su labor de apoyo a la gestión de defensa y la atención de usuarios durante este periodo.

Por Héctor Martínez Díaz,
Defensoría Regional de Magallanes y Antártica Chilena.

“Mi labor cambio en un cien por ciento, ya que el trabajo social en la UAGD se ejerce principalmente en terreno y en contacto directo con las personas. Si bien la tecnología ayuda, se extraña muchísimo las muestras de cariño y contención con nuestros usuarios”. Con estas palabras, la encargada de la Unidad de Apoyo a la Gestión de Defensa de la Defensoría Regional de Magallanes, Paula García Medina, analiza su labor durante la actual crisis sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19.

La trabajadora social explica que entre las mayores preocupaciones que percibe entre los usuarios privados de libertad está “la incertidumbre, manifestada principalmente por la salud de sus familias, el retraso que tendrán en sus procesos penales y los escasez de insumos básicos de aseo y limpieza ante la falta de visitas”.

Agrega que, además, las personas que se encuentran sujetas a alguna medida cautelar en libertad, cumpliendo pena sustitutiva o libertad condicional han visto mermados sus recursos por la pérdida de las fuentes laborales, situación que se hace aún más extrema cuando se trata de migrantes.

"Lo anterior ha implicado un cambio en las funciones propias, por cuanto se han debido redoblar esfuerzos para ir en ayuda y paliar las necesidades básicas de nuestros usuarios, gestionando con las redes asistenciales la ayuda estatal y acercando dichos beneficios (bonos por contingencia) a nuestros usuarios”, aclara.

Según la profesional, durante este periodo han intentado entregar respuestas coordinadas a todos los requerimientos de necesidades básicas, mediante donaciones y recursos propios de los funcionarios, además de una presencia remota frecuente.  “Con algunos defensores y como una forma de abordar integralmente las consultas, las visitas remotas de cárcel se han realizado en forma conjunta, lo que ha sido una práctica muy buena”, enfatiza. 

ACOMPAÑAR Y CONTENER
Más de  400  han sido las gestiones realizadas por la UAGD en los últimos meses. Entre ellas destaca el acompañamiento efectuado a una mujer a la que se le imputa el delito de parricidio y que actualmente reside en una casa de acogida para víctimas de violencia intrafamiliar grave. Según Paula García, ello implica un gran desafío.

“Si bien se intenta salir lo menos posible de casa, en este caso en particular han sido tantas sus necesidades de contención emocional que se ha debido realizar un trabajo de acompañamiento presencial -con los debidos resguardos y con una frecuencia semanal- y de coordinación con redes en el área de salud mental. Por el contexto no ha sido fácil, lo mismo que la ayuda focalizada hacia algunos casos específicos como las madres extrajeras con hijos, que requieren de acompañamiento y visita permanente”, explica.

Como algo positivo de estos meses, Paula García rescata “la capacidad de adaptación que hemos tenido como funcionarios, el compromiso y la disposición para realizar de la mejor forma posible nuestro trabajo y la utilización de herramientas tecnológicas que hasta ahora no conocíamos y que, claramente, nos dejarán muchas ideas para desarrollar en contextos normales”, concluye. 

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