Sala de Prensa

22/08/2022

El abogado Sebastián Núñez Quezada asumió hace pocos días en la zona

Auspicioso debut absolutorio de nuevo defensor público en Punta Arenas

Pocos días después de iniciar su labor, Núñez Quezada logró la absolución de su representado en un juicio oral por falsificación de instrumento público. Se confiesa un apasionado del derecho penal, de las novelas del detective Heredia y de Los Beatles.

Por Héctor Martínez Díaz,
Defensoría Regional de Magallanes y Antártica Chilena.

El abogado Sebastián Núñez Quezada tiene 36 años, es santiaguino, egresado de la Universidad Católica y con post títulos en litigación y derecho penal. Desde hace pocos días es el nuevo defensor público de Punta Arenas, tras cubrir la vacante dejada por el abogado Guillermo Ibacache.

Núñez comenta que desde niño se interesó por representar a la gente y entró a estudiar derecho a la Universidad Católica, pero al provenir de un colegio particular subvencionado le costó igualarse con el resto de sus compañeros y pasó un momento de crisis vocacional. Pensó, incluso, en abandonar la carrera.

EL PROFESOR CURY
Ello hasta que tuvo clases de derecho penal con el profesor Enrique Cury, lo que significó un gran cambio en su vida. Subió sus notas y entendió que el derecho penal era lo suyo, pues llegó incluso a ser ayudante del reconocido académico: “Un maestro y profesor muy querido en la universidad. Sus clases eran muy claras, era una persona de gran humildad y muy generosa para compartir sus conocimientos y conversar con los alumnos”, señala.

El abogado recuerda que Cury los invitaba su casa, “donde charlábamos de temas contingentes y revisábamos textos y jurisprudencia, lo cual era un oasis de tranquilidad en medio de lo avasallador que podía ser la carrera en algunos momentos”, rememora.

El defensor público primero realizó una pasantía y luego su práctica en el Ministerio Público. Además, y mientras esperaba su título, cumplió funciones administrativas en esa misma institución. Una vez titulado, sin embargo, trabajó como querellante e hizo clase de derecho penal en la Universidad Autónoma.

Su primer contacto con la labor de defensa penal fue, en cierto modo, durante el estallido social. Con un grupo de amigos sin mayor interés que prestar un servicio, recorrían las comisarías de Santiago consultando si las personas detenidas tenían requerimientos, a la espera de que llegasen los defensores públicos y abogados del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).

Así, Núñez estaba trabajando en Valparaiso cuando se abrió la posibilidad de venirse a Punta Arenas: “No lo pensé dos veces, tomé la oportunidad y me vine”, señala.

Ahora dice estar feliz por la decisión que tomó y valora el respeto que se da entre los intervinientes del sistema procesal penal en Magallanes: “Es muy diferente a Santiago. Allá es todo muy frenético e impersonal. Aquí uno entiende que estamos en veredas distintas, cumpliendo cada uno una función pública, y queremos realizarla de la mejor forma posible. Las relaciones son más cordiales y respetuosas. No tanto esa cosa competitiva, adversarial de Santiago, que no necesariamente lleva a un mejor resultado”, explica.

El defensor público se muestra agradecido de sus compañeros y compañeras de la Defensoría: “Me hicieron hasta una pequeña celebración de cumpleaños. La verdad, no me lo esperaba. Me sorprendió mucho”, exclama.

DEBUT ABSOLUTORIO
Sebastián Núñez tuvo un promisorio debut absolutorio hace algunas semanas en su primer juicio oral: un caso de falsificación de instrumento público en que, reconoce, estaba muy nervioso. “Siempre al momento de ejecutar una labor está ese temor por tratar de hacerlo lo mejor posible, pero aquí conlleva un riesgo adicional, porque quien comete un error supone, eventualmente, una decisión directa sobre la vida de una persona y su libertad”, señala.

Si bien el juicio lo tomó a pocos días de su llegada, pudo reunirse con el imputado y explicarle “de la manera más honesta posible las opciones que tenía y las que más le podían favorecer. Él hizo un voto de confianza con nosotros, sabiendo lo que arriesgaba y, afortunadamente, salió todo bien”, menciona.

Núñez también valora el apoyo que recibió en el caso de parte de la jefa de Estudios de la Defensoría Regional, Verónica Reyes, con quien construyó una teoría del caso muy difícil de desacreditar por el ente persecutor, “porque la ley exige que los pases de movilidad, para ser considerados instrumentos públicos, necesitan tener firma electrónica avanzada. Este pase no la tenía y por ese detalle no podía ser considerado un instrumento público falsificado”, argumenta.

HEREDIA Y LOS BEATLES
Aunque no conocía Punta Arenas y todavía no la recorre, porque su trayecto es desde la Defensoría Regional hasta su residencial, ya respira ese aire de tranquilidad del paisaje y de la gente que, según dice, siempre tuvo la impresión que era propio de las ciudades del sur.

Terminada la jornada laboral, el defensor público sigue preparando los casos que al otro día enfrentará. Pero se da un tiempo para sus otras pasiones, como ver series y películas sobre investigaciones policiales y releer las historias del detective Heredia, creado por el escritor magallánico Ramón Díaz Etérovic: “Soy un fanático de Heredia, tengo la saga completa y me traje dos”, indica.

Si algo extraña de Santiago es su tocadiscos para escuchar vinilos de rock, "Los Beatles" especialmente, aunque como buen melómano, “con los años uno ya no es tan categórico y se abre a otros gustos musicales”, concluye. 

(Un resumen de esta nota se publicó el domingo 21 de agosto en el diario La Prensa Austral:
https://laprensaaustral.cl/2022/08/21/sebastian-nunez-dejo-la-capital-para-venir-al-sur-a-ejercer-la-abogacia-en-la-defensoria-penal/)

 

 

 

 

  • subir
  • imprimir
  • volver