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“Nosotros los representaremos ante la justicia penal, pero la primera defensa, siempre será que conozcan sus derechos”

27/10/2022

Defensor penal juvenil a adolescentes de escuela rural de Boroa:

“Nosotros los representaremos ante la justicia penal, pero la primera defensa, siempre será que conozcan sus derechos”

Los niños y niñas de la Escuela Rural de Boroa, en Nueva Imperial, sumaron a su educación intercultural, conceptos jurídicos como “imputado”, “audiencia” y qué significa “ser responsable penalmente”, a partir de los 14 años de edad.

Keiko C. Silva
Periodista

“Defensor, ¿qué pasa si me detienen y no me leen mis derechos o me golpean?”, fue una de las últimas preguntas que le hicieron los estudiantes de la Escuela Rural de Boroa al coordinador de la defensoría penal juvenil de Araucanía, Eugenio Sáez.

El abogado, junto al equipo de la Defensoría Regional, llegó al kilómetro 15 del camino Nueva Imperial para reunirse con cerca de veinte estudiantes de 7° y 8° básico, para explicar los principales aspectos de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, el funcionamiento del sistema penal, las instituciones involucradas y, sobre todo, cuáles son los derechos y deberes a los que están sometidos desde los 14 años.

“Es importante que conozcan la justicia penal, qué significa, qué ‘puede’ y qué ‘no puede pasar’. Deben saber que, en este tipo de justicia, quienes estarán a su lado, haciendo valer sus derechos y su dignidad, son las y los defensores. No sus padres, no sus amigos, no sus profesores. Por eso es importante también, que actúen con responsabilidad, sobre todo con ustedes mismos”, señaló Sáez.

Y agregó “Si te detienen y no te indican tus derechos o recibes malos tratos, debes hacerlo saber a tu defensora o defensor para que él pueda presentar esta vulneración al juez. Porque como vimos, la ley se debe aplicar, pero ante un marco de respeto de los derechos. Por eso les insisto: la primera defensa que tienen, es que conozcan sus derechos”.

Educación para integrar

Si bien parte de la misión institucional de la Defensoría es aportar, en forma continua, a la educación en derechos que tienen las personas en el sistema penal -especialmente los niños y niñas y adolescentes-, este encuentro distó de muchos otros.

La comunidad escolar de la Escuela Boroa –establecimiento fundado en agosto de 1901- la componen las Hermanas Misioneras Catequistas, profesoras, profesores y asistentes educacionales quienes, junto a las familias de los estudiantes, aplican un modelo de educación intercultural donde se respetan distintas costumbres y religiosidades: la católica y la mapuche.

En ese contexto, la actividad se realizó en una ruca donde los niños sentados alrededor de un fogón, fueron acompañados por sus profesores y una intérprete en lengua de señas que apoya a dos estudiantes sordas.

El fogón simboliza el encuentro y la conversación. Al ejecutarse el “mizawün”, se genera un espacio de disposición y encuentro que, en un plano de igualdad y respeto, se comparten los alimentos de un mismo plato, para afianzar la amistad duradera y que propicie el intercambio de conocimientos.

“Explicar lo que es la justicia penal y qué hacemos y por qué, es una tarea difícil. Y al revés… para alguien que no pertenece al mundo jurídico, también es complejo entenderlo. Pero es nuestra misión entregar esta información, sobre todo a los jóvenes. Si en algún momento ellos, o algún cercano, se enfrenta al sistema, debe conocer cómo funciona”, concluyó el defensor penal.

Trabajo en equipo

Las distintas áreas de defensa penal de la institución, particularmente las especializadas, desarrollan su trabajo junto a un equipo multidisciplinario de profesionales, quienes permiten que el servicio se brinde con un acento marcado en el respeto a la integridad, la cultura y las tradiciones de las personas.

El objetivo es acercar la justicia a las personas, por ejemplo, utilizando su lengua para transmitir el mensaje que se les quiere entregar, compartir con ellas y ellos en su entorno y propiciar el vínculo desde todos los ámbitos sociales posibles. Tal como lo llevaron a cabo, en esta oportunidad, los trabajadores sociales María Paz Sandoval y Rodrigo Bizarro, de la Escuela Boroa.

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