Sala de Prensa

11/05/2012

Columna de opinión

¿Conozco mis derechos?

El siguiente artículo, escrito por el asesor jurídico de la Defensoría Regional de Aysén, fue publicada el pasado martes 8 en el Diario de Aysén.

Con motivo de una reciente visita institucional a Lago Verde, al ingresar al liceo de dicha localidad llama poderosamente la atención una frase estampada en uno de sus muros: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.

Esta afirmación del filósofo Pitágoras invita a la reflexión. En un país en que los medios de comunicación masivos no educan ni ayudan a esa importante labor -más necesaria aún en localidades aisladas, como la mayoría en nuestra Región de Aysén-, sino que sus espacios los ocupan unos en destacar la farándula criolla, otros en hacer sinónimos del éxito en la vida con el tener -sin importar cómo ni a costa de qué-, es que sentencias como la señalada cobran una gran dimensión, en la medida en que diariamente es leida por estos jóvenes estudiantes, que creo meditarán sobre su contenido, incentivados por sus maestros.

Parte de esa “educación y formación” pasa por conocer nuestros derechos. Así podremos exigir, a y de todos, como adultos, como jóvenes, como niños, como ciudadanos, como habitantes de nuestro país, que ellos nos sean respetados.

La Constitución de 1980 asegura a todos los habitantes del país una serie de derechos, entre otros la igualdad ante la ley, el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación, el derecho a la protección de la salud, el derecho a la educación, el derecho a reunirse pacíficamente sin permiso previo y sin armas, a la libertad de trabajo y su protección, el derecho a negociar colectivamente las condiciones de trabajo y remuneraciones; el derecho a la seguridad social.

Uno podría afirmar que como “declaración” podría ser casi perfecta, pero: ¿podemos asegurar, por ejemplo, que todos nuestros niños tienen asegurado el derecho a la educación, o a vivir en un ambiente libre de contaminación, a la salud, a un trabajo digno y bien remunerado en su adultez, a una pensión digna cuando ya nuestras fuerzas no sean suficientes y nuestras necesidades vayan en aumento?

Otras leyes, como el Código Procesal Penal, establecen nuestros derechos cuando eventualmente se nos imputara nuestra participación en un hecho delictivo, entre ellos que se le informe sobre los hechos que se le imputaren, a ser asistido por un abogado desde el primer momento, a guardar silencio, a no ser sometido a tortura ni a otros tratos crueles o degradantes.

Estadística y mayoritariamente, quienes son objeto de persecución penal -ninguna duda cabe- son aquellos más carentes de recursos, aquellos a quienes no se les aseguró por el Estado una educación que los forme en valores, que los eduque para la vida; aquellos cuyos padres y los padres de sus padres, sumidos en la pobreza, fueron también privados social y culturalmente, que fueron testigos y víctimas de muchos tipos de violencia, incluso institucional.

Nuestra sociedad, nuestra Región de Aysén, está conociendo sus derechos y exige el respeto de los mismos. De esta forma, como ciudadanos sabremos y estaremos siempre dispuestos a cumplir con nuestras obligaciones, no siendo necesario el castigo.

Pero, ¿qué vimos en nuestra región durante el desarrollo de manifestaciones en que la ciudadanía, mayoritaria y pacíficamente, exigía derechos tan básicos como los recién señalados? ¿Qué vimos cuando hace pocos días nuestra ciudadanía, mayoritaria y pacíficamente, exige participar en decisiones tan importantes para el futuro de nuestros hijos, nietos, para nuestra región, país y la humanidad toda?  ¿Y qué vimos con nuestros estudiantes?...

Por Rafael Alvarado Börgel,
asesor jurídico Defensoría Regional de Aysén.

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