Sala de Prensa

29/05/2012

Tras tres años en prisión

Comunero mapuche obtuvo beneficio de salida dominical en Biobío

Tras un breve impasse, José Huenuche Reimán puedo obtener la salida dominical que le había sido concedida semanas atrás.

Lo que partió como una polémica, terminó de la manera más tranquila. Días atrás, distintos medios de comunicación supieron que José Huenuche Reimán, uno de los cuatro comuneros mapuches condenados el año pasado tras un largo juicio en Cañete, había recibido el beneficio de salida dominical, cuestión que por sí misma ya era noticiosa.

Pero se agregaba, además, un factor adicional: que ese beneficio estaba ‘suspendido’ o en compás de espera por la negativa del comunero a facilitar la toma de muestras de su sangre para el registro de ADN de los condenados, puesto en práctica en el país desde hace algún tiempo.

El asunto escaló de manera veloz, porque en un dos por tres, las autoridades regionales de Gendarmería de Chile, de la Seremi de Justicia y la familia de Huenuche terminaron enfrentados por esta situación, lo que obligó a la Defensoría Regional del Biobío a sumarse a la discusión, considerando que el comunero es representado de la DPP.

EL BENEFICIO

Afortunadamente, costó bastante poco lograr que se entendieran los argumentos de la Defensoría, que eran básicamente dos: primero, que se trata de una persona de una etnia originaria, donde el factor cultural, el respeto por el cuerpo y lo sagrado de la sangre es fundamental en su cosmovisión.

Segundo, y tan importante como lo anterior, es que desde la perspectiva jurídica la aplicación de la ley que obliga al registro de ADN de los condenados no es aplicable a José Huenuche Reimán, porque el reglamento de ese cuerpo legal -que lo hace operativo-, no se encontraba vigente al momento de dictarse el cúmplase de la sentencia.

Finalmente, y sin ningún recurso judicial de por medio, fue la propia Dirección Regional de Gendarmería la que concedió a Huenuche la salida dominical, recogiendo los argumentos esgrimidos por la DPP del Biobío y recogiendo claramente el factor cultural contenido en el Convenio 169 de la OIT.

Esto permitió poner fin a la polémica sin llegar a tribunales y también que el comunero se pudiera reunir con su familia tras tres años en prisión: primero cumpliendo dos años de prisión preventiva y luego uno de condena.

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