Sala de Prensa

09/04/2013

Columna de opinión:

La retractación en el proceso penal

El siguiente artículo, escrito por el Defensor Regional de Aysén, fue publicado recientemente en el diario del mimo nombre.

Al comenzar esta columna quiero destacar en primer lugar que, salvo que la ley la exima, toda persona está obligada a declarar, siempre,  la verdad. Sin embargo, no es menos cierto que nadie está exento de cometer un error u ocasionar un malentendido, con el que se provoca una cadena de errores.

Lo verdaderamente  importante  es que ese error o malentendido sea enmendado a tiempo, evitando así consecuencias negativas para los involucrados.

En el ámbito penal, un testigo o una víctima también pueden cometer errores. Muchas veces vivir una situación extrema, una mala interpretación y la presión lógica de declarar en instituciones que le son desconocidas o ajenas a su diario vivir -entre otros factores-  puede llevar a una persona a caer en errores involuntarios, como lo es -sólo por citar un ejemplo- identificar a una persona por la comisión de un delito sin estar completamente seguro.

La gravedad de las sanciones que corresponde aplicar en las causas penales aumentan aún más la relevancia de corregir o ampliar una declaración, de manera de evitar las consecuencias del error.

Para ello, las personas tienen varias oportunidades. Una es durante la investigación que llevará el fiscal a cargo. Otra es durante el juicio oral, que es la instancia oral, presencial y pública en que se rinde toda la prueba que existe en el caso ante un tribunal colegiado, compuesto por tres jueces.

Como intervinientes del sistema penal, no debemos temerle a la retractación de las víctimas o testigos, ya que es un hecho normal, característico de los procesos humanos.

Que una persona cambie su declaración en el juicio oral, por ejemplo, no significa necesariamente que mienta y/o  que haya sido presionada para modificar su relato de lo vivido, visto u oído; sino que obedece a una genuina necesidad de aclarar la situación y ser más preciso y justo, usualmente con quien se está jugando la vida y su nombre como imputado en una causa penal.

El juicio oral es un momento ideal para que quienes son llamados a declarar digan la verdad y aclaren aquello sobre lo que hay dudas, porque de esta manera los jueces del tribunal pueden escuchar y ver a quien declara, preguntar detalles que hayan quedado en el aire y formarse su propia opinión, contrastando esta declaración con los demás antecedentes y pruebas de la causa.

Sin perjuicio que declarar en falso -lo que incluye ocultar o distorsionar hechos- es un delito  grave, el deber ético de todos los intervinientes -especialmente de abogados y fiscales- es asegurar que el tribunal disponga de pruebas de la mayor calidad posible.

Por lo tanto, si una víctima o testigo desean aclarar la verdad, no deben ser considerados como mentirosos o negativos. Por el contrario, esta actitud debe ser tomada como un paso más para llegar a la verdad, hacer justicia y evitar sancionar a un inocente.

Si usted tiene dudas ante una declaración, siempre es recomendable consultar a un abogado especialista, de manera que le oriente.

Por Fernando Acuña,
Defensor Regional de Aysén.


 

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