Sala de Prensa

08/07/2013

En la cárcel de Peumo

Emotivo cierre del proyecto “Folclore para la Reinserción”

Tras cinco meses de clases de música y ensayos el grupo “Raíces” hizo una excelente presentación con la que se dio por finalizado el proyecto presentado por la Defensoría Regional de O’Higgins.

Por Andrea Contreras
Defensoría Regional de O’Higgins

El clásico de Patricio Manns,”Arriba en la cordillera”, fue el tema escogido por los 15 internos de la cárcel de Peumo para dar inicio a la gala de cierre del proyecto “Folclore para la Reinserción”, iniciativa que permitió adquirir los instrumentos y el equipo de amplificación, así como, mantener clases durante 5 meses con un profesor que les enseñó canto e interpretación musical.

El proyecto es parte de las actividades de reinserción impulsadas por la Defensoría Penal Pública de la región de O’Higgins que anualmente postula proyectos para el fondo del 2% del FNDR de Cultura del Gobierno Regional que van en directo beneficio de los internos de las unidades penitenciarias de la región.

“Esta vez con carca de 4 millones entregados por el CORE, logramos que 15 internos se transformaran en músicos y hacer que su tiempo  libre ya no fuera ocioso. Ahora buscan su guitarra o su bajo y sacan una nueva canción, se juntan a ensayar o – mejor aún – enseñan a otros internos a interpretar los instrumentos”, señaló el Defensor Regional, Alberto Ortega.

La emoción colmaba especialmente a Leonardo Silva, un interno que tras pasar 5 años tras las rejas, justo la noche del cierre, terminaba su condena y quedaría en libertad. “El último período de la condena es una de las etapas más complejas. La ansiedad, el temor, la alegría, etc… las emociones se conjugan y he encontrado en la música - y en este grupo - un buen aliado para estar en paz, distraerme y esperar con calma que termine mi encierro”.

Y así paso con todos los participantes del proyecto. Cada uno dentro de su realidad, señaló que la música les ha permitido evadirse, ocupar la mente en algo entretenido y hacer más llevaderas las largas jornadas tras las rejas.

Alberto Ortega, señaló a los participantes que “el desafío inicial fue aprender a tocar los instrumentos y crear un repertorio, pero ahora el reto es replicar lo mejor de este proyecto en otros internos, para que – al igual que ustedes – encuentren en este arte una provechosa vía de escape”.

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