Sala de Prensa

11/07/2013

Menores participaron en charla sobre Ley Penal Adolescente

Alumnos de escuelas penales de Puente Alto discuten sobre sus derechos

Una veintena de estudiantes del establecimiento Camino de la Luz y del programa Chile Califica taparon a consultas al defensor Cristián Sleman.

Paola Sais D.,
Defensoría Regional Metropolitana Sur.

De menos a más fue la charla que el abogado Cristián Sleman, de la Unidad de Estudios de la Defensoría Regional Metropolitana Sur, dictó a los alumnos de escuelas penales de Puente Alto sobre los alcances de la Ley 20.084 de Responsabilidad Penal Adolescente (LRPA).

De menos, los primeros cinco minutos, cuando el profesional comenzó a explicarle a una veintena de adolescentes -recluidos en el centro juvenil de la Cárcel de Puente Alto- el espíritu de una legislación que comenzó a implementarse en 2005.

A más, una vez que Sleman desplegó un power point lleno de flechas y colores, donde en forma didáctica mostró a los jóvenes la escala de sanciones a las que están expuestos si es que cometen una falta penal o delito.

“La sanción más baja es la amonestación. ¿Cuántos de ustedes fueron alguna vez amonestados?", preguntó el abogado, momento en que aparecieron varias manos en alto y, con ellas, los relatos de las distintas experiencias vividas por los jóvenes.

Durante el diálogo quedó en evidencia que varios condenados a trabajos comunitarios tenían horas y horas pendientes por cumplir. Sin darse cuenta, los alumnos de la escuela 'Camino de Luz' y los estudiantes del programa Chile Califica de la Universidad Católica Silva Enríquez se peleaban la palabra preguntando por las sanciones a los quebrantamientos, lo que pasa con los antecedentes penales y los requisitos para borrarlos en el Registro Civil, entre otras cosas.

"Los que están acá hoy seguramente pasaron por varios de las sanciones menores establecidas en la ley, pero ustedes también pueden revertir esto con buen comportamiento y acceder a una sanción menor. Ustedes aquí hoy sólo carecen del derecho a la libertad, pero todos los otros se mantienen intactos: la salud, la alimentación, el ser visitados y el derecho a la educación”, les recalcó Sleman en varias ocasiones.

Al final de la charla, gendarmes y asistentes sociales se sumaron a la conversación y también hicieron sus consultas, de modo que el encuentro mostró una retroalimentación e interés inusual, sobre todo cuando el público está conformado por jóvenes condenados, muchos de los cuáles sienten que ya lo han perdido todo y hay muy poco que ganar.

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