Sala de Prensa

11/10/2016

Columna de opinión:

La lógica de la pesca de arrastre

El siguiente artículo, escrito por el Defensor Regional de Arica y Parinacota, fue publicado en el diario de La Estrella de Arica.

Por Claudio Galvez Giordano,
Defensor Regional Arica y Parinacota.

De todas las formas de pesca, la de arrastre es la más dañina, por lo poco selectiva y depredadora. Supone usar una red que se remolca y va tomando todo lo que encuentra en su camino, sirva o no. El pesquero elige la presa que necesita y desecha todo lo demás. El costo medioambiental es evidente.

Cuando la agenda corta antidelincuencia dispuso un control de identidad arbitrario de las policías (porque sí, porque a la policía se le antoja controlar, sin necesidad de tener ningún indicio de participación en delito alguno) quedaba claro que estábamos usando la misma lógica, propia de estados policiales o autoritarios.

La policía detendría a personas al azar, en operaciones rastrillo, donde mejor les pareciera y sin necesidad de justificación alguna, a fin de “controlar su identidad”. La idea detrás de esta aberración (a lo menos eso se dijo) era disminuir la cantidad de órdenes de detención pendientes.

O sea, en vez de exigirle a las policías mejorar sus procedimientos y su trabajo, se optó por la alternativa de permitirles hacer pesca de arrastre: detenga a todos, que algo caerá.

Las cifras, lamentablemente, dan la razón a los más pesimistas. En menos de dos meses de vigencia de la ley, Carabineros informó haber realizado 255 mil 925 controles de identidad sin indicio, siguiendo esta lógica de “pesca de arrastre”, y al igual que ésta, su porcentaje de efectividad es lamentable: 4 mil 995 detenidos por órdenes pendientes.

Un 1,95 por ciento de efectividad. Por supuesto la pregunta evidente es ¿qué pasa con el más de 98 por ciento de las personas controladas sin razón? Pues, al igual que en la pesca de arrastre, se desecha lo que no sirve, en esta lógica estos más de 250 mil ciudadanos sujetos a control policial son sólo un número.

Gente que teniendo el derecho constitucional de circular libremente por el territorio de la república, son tomados por la red y molestados para obtener ese magro 1,95 por ciento de pesca útil. Una pena para nuestro estado de derecho y nuestra historia republicana.

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