Sala de Prensa

05/05/2017

Charla sobre responsabilidad penal adolescente

Caperucita denunció al Lobo Feroz por amenazas y vulneración de su intimidad

A sus 14 años, el Lobo Feroz pensó que no sería imputable. Por eso, la defensora juvenil de Rancagua le explicó los alcances de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente (LRPA).

Por Andrea Contreras Márquez,
Defensoría Regional de O’Higgins.

La Caperucita Roja caminaba por el bosque cuando fue abordada por un simpático Lobo Feroz, quien aprovechándose de la ingenuidad de la niña -y su desobediencia a los consejos de su madre- entró en diálogo con él sin considerar que podría ser peligroso “hablar con extraños”.

Luego de la primera conversación, el Lobo Feroz empezó a acosarla por WhatsApp, a insultarla y a amenazarla, diciéndole que le sacaría “la ñoña” si no le entregaba su colación... Peor aún, al cabo de unos días, replicó las conversaciones e hizo “memes” con las fotos privadas enviadas por el chat ante otros compañeros del colegio para mofarse de ella.

Lo que no sabía Feroz es que, pese a ser un adolescente de 14 años, sus conductas ya podían ser consideradas delitos y corría el riesgo de ser llevado ante un tribunal de garantía que determinara la gravedad de sus acciones y –en caso de constituir ilícitos penales- recibir una condena.

Por suerte para todos, pasaba por ahí la defensora juvenil de Rancagua, Daniela Larraguibel, quien en conjunto con la asistente social Macarena Martínez, de la Unidad de Defensa Penal Juvenil (UDPJ), pudo sacar de sus dudas al Lobo Feroz y a todos los alumnos de quinto y sexto básico del Colegio Coya de Machalí, quienes previamente observaron un extracto del tradicional cuento infantil, llevado a escena por el grupo de teatro del establecimiento.

Durante la exposición de ambas profesionales, los estudiantes aprendieron a reconocer a  los principales intervinientes del sistema judicial penal y la labor que cumplen. También se les explicó la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente (LRPA) y se les recalcó cuáles son los derechos y deberes de los menores que son acusados de cometer alguna infracción a la ley penal.

El énfasis también estuvo puesto en que no necesitan ser de origen marginal para verse involucrados en un ilícito, pues muchas veces una mala decisión o incluso un accidente los puede enfrentar a un tribunal.

Al final de la historia, el Lobo Feroz debió pedir disculpas públicas a la Caperucita Roja, quien aprendió que debía obedecer a su mamá. Después del susto, en tanto, el Lobo comprendió que debía ser cuidadoso con sus conductas, pese a ser menor de edad.

 

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