Sala de Prensa

25/07/2018

Internos mostraron música, arte y costumbres

Equipo de defensa indígena organizó Inédita muestra cultural en la cárcel de Calama

Se trata de un nuevo espacio de expresión y cultura generado por la Defensoría Regional de Antofagasta al interior del Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP), para que los internos provenientes de pueblos originarios mostraran sus logros artísticos.

Por Julia Arriagada Márquez,
Defensoría Regional de Antofagasta.

El equipo de defensa especializada indígena de la Defensoría Regional de Antofagasta organizó un 'Día de encuentro de los pueblos originarios', en el que participaron 54 hombres y mujeres privados de libertad en el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Calama. 

Todos ellos pertenecen a distintos pueblos originarios y el objetivo del encuentro fue potenciar la identidad cultural, a través de las manifestaciones artístico-culturales que se cultivan al interior del recinto penal. 

La actividad contó con la participación del jefe de Estudios de la Defensoría Regional, Ignacio Barrientos Pardo, y de autoridades de Gendarmería y de la Corporación de Cultura y Turismo de Calama. La jornada incluyó la presentación de danzas andinas, entre las que destacó el baile tradicional representativo de la cultura atacameña, denominado “el Catimbano”, que es uno de los más antiguo del pueblo Lican Antay y que tiene por fin hacer honor al patrono del pueblo.

También se hizo parte del evento la agrupación musical “Sol Andino”, integrada por hombres privados de libertad que hace más de cuatro años cultivan la tradición musical de los pueblos originarios al interior del recinto penal.

“Desde un principio hemos contado con el apoyo de los profesionales de la Unidad de Defensa Indígena de la Defensoría Regional, quienes nos han brindado la posibilidad de crecer como grupo y hasta nos han permitido salir del penal para presentar nuestra música”, destacó el director de la agrupación, Marcos Ramírez.

MIRADAS ORIGINARIAS
Adicionalmente, durante el encuentro se dirigió a los presentes un profesor de lenguas originarias, Miguel Urrelo, de la comunidad quechua de Ollagüe, quien transmitió sus conocimientos y llamó a la reflexión acerca de la importancia de pertenecer a comunidades originarias, diferenciando el concepto propio de los pueblos de vivir bien o mejor, lo cual identifican como un privilegio deidades como Patta Hoiri, el agua, e Inti, sol.

Al respecto, el jefe de Estudios destacó la relevancia de brindar a las personas privadas de libertad la posibilidad de conectarse con sus raíces y sus costumbres, de modo que a pesar de su condición de privación sigan conectados con sus pueblos de origen. Ello sin duda les ayuda a llevar de mejor manera la vida entre las rejas”, dijo Ignacio Barrientos.

Al finalizar la actividad, y como es costumbre en los pueblos andinos, se dio paso a una boda, que es un almuerzo comunitario con alimentos típicos tales como la patasca. En la mesa se sentaron tanto las autoridades invitadas como las personas privadas de libertad, quienes agradecieron la iniciativa.

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