Sala de Prensa

26/07/2018

En charla a estudiantes

Defensora juvenil explicó la ley penal de adolescentes y las conductas asociadas a delitos

La abogada Paula Pérez tuvo un franco encuentro con alumnos de enseñanza básica y media de un colegio serenense.

Por Daniel San Martín D.,
Defensoría Regional de Coquimbo.

Fueron más de una veintena de preguntas sobre el sistema de justicia penal adolescente, los eventuales delitos asociadas al uso de redes sociales y al consumo de drogas las que recibió la defensora pública juvenil de La Serena, Paula Pérez, durante una charla que brindó a estudiantes de enseñanza básica y media del Colegio San Antonio de esta ciudad.

La abogada especializada valoró el gran interés de los alumnos, que primeramente escucharon atentos los principales criterios de la ley que hace efectiva la responsabilidad penal de los adolescentes de entre 14 y 18 años por hechos delictivos que cometan, imponiéndoles sanciones a través de una intervención socioeducativa orientada a su reintegración social.

“Por ejemplo, un joven que causa un delito grave arriesga una sanción que no supera 10 años de régimen cerrado, pero apoyado con un programa de reinserción social. En cambio, un adulto puede llegar a permanecer 40 años preso y recién optar a beneficios que le permitan salir ciertos días de la cárcel”, resaltó.

Pérez explicó que estas diferencias obedecen a que los adolescentes están viviendo cambios psicológicos y sociales muy relevantes. “Se vuelven vulnerables, sienten la necesidad de identificarse con otros, independizarse de su entorno familiar y pertenecer a un grupo de pares. Lamentablemente, en esta búsqueda algunos equivocan el rumbo, caen en conductas arriesgadas, impensadas y graves”, señaló.

VENDAVAL DE CONSULTAS
Luego los alumnos, ávidos de conocimientos, sometieron a un verdadero interrogatorio a la defensora penal juvenil, quien respondió entusiastamente cada una de las dudas. Los estudiantes comentaron que en “todos los cursos” había Instagram y grupos de WhatsApp en los que circulaban vídeos, memes y fotografías de compañeros y profesores, donde reconocieron que había burlas, discriminación y bullyng. La abogada les aclaró que el bullyng se define por acciones constantes que buscan causar daño sicológico infundiendo miedo.

Añadió que esta especie de “matonaje escolar” no existe como delito, pero que sí hay conductas asociadas que pueden desembocar en ellos, como lesiones o amenazas. Por lo mismo, Pérez instó a los jóvenes a tener cuidado, porque muchas veces jugarretas o bromas pueden tener consecuencias nefastas.

“Pueden cometer lesiones a compañeros causadas por puños, palos, armas blancas o piedras. Las armas cortopunzantes están prohibidas en colegios y espacios públicos. Están las amenazas entre grupos rivales o de otros cursos. Estos son hechos que pueden parecer simples, pero pueden concluir como delitos”, enfatizó.

Por último, los estudiantes plantearon preguntas sobre el porte y consumo principalmente de marihuana en fiestas, el colegio o la calle, contexto en que la abogada puntualizó las diferencias entre el consumo personal y el microtráfico de drogas.

“Una persona puede cultivar cannabis en su casa, pero en cantidad que demuestre que es para consumo personal y próximo en el tiempo, a diferencia del tráfico de pequeñas cantidades de droga, que usualmente porta un traficante en la calle para venta inmediata a los consumidores”, concluyó.

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