Sala de Prensa

16/01/2019

Durante un recorrido por el recinto

Defensoría Regional del Biobío detectó serias vulneraciones en el CIP-CRC de Coronel

El recién asumido jefe de la unidad regional de Estudios, Cristian Sleman, visitó el centro de internación juvenil y constató falta de segregación y casi nula oferta técnica en el lugar. También pudo conversar con los adolescentes y observar en terreno la situación en que se encuentran.

Por Victoria Haquin V.,
Defensoría Regional del Biobío.

Pocos días después de asumir como nuevo jefe de la Unidad de Estudios de la Defensoría Regional del Biobío, el abogado Cristian Sleman Cortés visitó el Centro de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado (CIP-CRC) de Coronel, que debió ser intervenido desde Santiago a causa de los serios problemas que se han vivido en el último año con los jóvenes infractores de ley que reciben atención en ese recinto.

El propósito de la visita, como explicó Sleman, fue simbolizar la importancia que tiene para esa Defensoría Regional la defensa penal adolescente, además de conocer las instalaciones y condiciones en que se encuentran los jóvenes internos. Sleman tambíén tuvo la posibilidad de conocer al nuevo director transitorio del centro, Richard Castro, quien permanecerá por tres meses a cargo.  

Tras la reunión y el recorrido por las instalaciones, Sleman señaló que la visita le dejó la sensación de que se trata de un centro que requiere de mucho apoyo y mucho trabajo, por lo que la Unidad  de Estudios y los defensores penales juveniles del Biobío tendrán que multiplicar sus esfuerzos  para trabajar con los niños privados de libertad en ese lugar.

"Sin duda, ese centro está en condiciones que hoy día están vulnerando los derechos fundamentales de los adolescentes, dadas las condiciones  en que se encuentran,  la deprimida oferta técnica e incluso incumpliendo algunos principios como el de separación”, aclaró.

Acompañado por la trabajadora social Fabiola Díaz, Sleman pudo conversar también con el equipo técnico proveniente de Santiago, a quienes manifestó sus observaciones  respecto del estado del recinto y la situación de los jóvenes.

“El Sename se comprometió a superar los problemas a la brevedad posible. Nosotros queremos trabajar para que esa transición sea lo más corta posible y que en el intertanto  no se vulneren las garantías fundamentales de los jóvenes. Para eso recurriremos tanto a las conversaciones que tengamos que hacer con Sename y sus equipos técnicos, como también a las herramientas jurisdiccionales que tenemos como defensores públicos”, señaló. 

UNA HISTORIA SIN FIN
 
Lamentablemente, las situaciones registradas en ese centro se repiten cíclicamente, pues durante el periodo estival a las vacaciones del personal se suman cerca de 30 licencias médicas, lo que impide cubrir los turnos de buena manera, dejando a los jóvenes con sus actividades limitadas al mínimo.

Uno de los adolescentes relató a los profesionales de la Defensoría que después de levantarse solo pueden jugar a las cartas y esperar a que llegue el almuerzo. Según Sleman, claramente el ocio los lleva a ocupar mal su tiempo e incurrir en conductas que alteran su propia seguridad personal.

Una situación más compleja es la de cuatro menores imputados, quienes por rencillas con otros jóvenes que permanecen internos debieron ser aislados en unas dependencias que, por su tamaño, no cumplen con las mínimas condiciones para desarrollar su rutina diaria.

Uno de los mayores problemas dice relación con las mujeres, pues transgrediendo toda norma, en el recinto permanecen juntas imputadas y condenadas, debido a la falta de espacios adecuados de segregación, tema que los responsables del recinto se comprometieron a solucionar cuanto antes.

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