Sala de Prensa

16/05/2019

Durante una charla en establecimiento educacional de La Serena

Defensora juvenil explicó el sentido de la ley penal adolescente y los derechos de los detenidos

Los estudiantes se enteraron de que no deben declarar solos ante un funcionario policial, sino que en presencia de su abogado defensor.

Por Daniel San Martín D.,
Defensoría Regional de Coquimbo.

Sesenta y siete alumnos de enseñanza media del Centro de Educación Integral de La Serena conocieron sobre sus derechos en caso de ser detenidos y los aspectos más relevantes de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente (LRPA) durante una charla organizada por la Defensoría Regional de Coquimbo.

En la sala multiuso del establecimiento, que brinda educación a través del sistema 2x1 a jóvenes vulnerables, la abogada Paula Pérez, defensora penal juvenil de La Serena, explicó a estudiantes de primero a cuarto medio que desde junio de 2007 funciona en el país un sistema especial de justicia penal para jóvenes de más de 14 y menos de 18 años, con el objetivo de hacer efectiva su responsabilidad cuando cometen cualquier tipo de delito.

“La intención es que además de rehabilitarlos puedan reinsertarse en la sociedad, en su entorno familiar y también en la vida estudiantil, contando con apoyo psicológico y social, para prevenir así futuros jóvenes inmersos en la delincuencia”, manifestó.

La defensora especializada detalló luego los derechos que tienen los jóvenes en caso de una detención policial, ámbito en que remarcó particularmente las prerrogativas de guardar silencio, ser informados del motivo de su detención y contar con la asistencia legal de un abogado.

“Ustedes no pueden ser obligados, atormentados ni maltratados para declarar y si desean hacerlo, debe estar presente un fiscal y su abogado defensor. Nunca deben hacerlo sólo ante un funcionario policial”, enfatizó.  

CUIDADO Y PREVENCIÓN
La exposición de la profesional continuó con ejemplos de circunstancias y conductas propias de los jóvenes que cotidianamente pueden ocurrir al interior de un establecimiento educacional, como participar en peleas o riñas con resultado de lesiones, portar un arma blanca, consumir alcohol, drogas o estupefacientes, hurtar un celular y amenazar a compañeros o profesores, entre otras.

Añadió que generalmente estas y otras situaciones comienzan como una broma o burla, pero sus consecuencias pueden convertirlos en protagonistas de un hecho delictual por el que pueden quedar en calidad de imputados, enfrentar a la justicia y, a temprana edad, quedar con sus antecedentes penales manchados.

“El llamado es a prevenir, a cuidarse, respetarse entre ustedes y a sus profesores. Espero no verlos nunca en un calabozo o sentados al lado de un defensor público en una audiencia”, concluyó Paula Pérez.

  • subir
  • imprimir
  • volver