Sala de Prensa

19/06/2019

Columna de opinión:

Brigada juvenil anti-alcohol

El siguiente articulo fue escrito por el Defensor Regional del Maule, José Luis Craig, y publicado por el Diario El Centro de Talca el martes 18 de junio de 2019.

Por José Luis Craig Meneses,
Defensor Regional del Maule.

Un alcalde de la capital, que se caracteriza por su ingenio, sugirió la semana pasada que una medida efectiva contra la venta de alcohol sería que jóvenes de 16 y 17 años, simulando ser compradores (agentes provocadores), fiscalizaran y denunciaran a las botillerías que venden alcohol a menores de edad en su comuna.

Esta llamativa propuesta debe ser analizada con cuidado y desde, al menos, dos puntos de vista. El primero es que el fondo de la medida es correcto, dado que numerosos estudios ya han dejado inequívocamente claro que un gran porcentaje (70 a 80 por ciento) de los delitos flagrantes que se llevan a control de detención son provocados porque sus autores se encuentran en estado de ebriedad.

Desde ese punto de vista, atacar una de las causas detonantes de cometer un delito es una buena idea, que no requiere de mayor iniciativa legal, puesto que la ley de alcoholes entrega gran parte de las potestades a las municipalidades para autorizar, regular y fiscalizar el expendio de alcohol en cada comuna.

El punto es que debiera iniciarse tal cruzada anti alcohol de una manera más inteligente, directa y decidida, con medidas como:

1. Congelar la entrega de patentes de alcoholes en las comunas e incluso estudiar su reducción.

2. Imponer un horario limitado de funcionamiento de los locales que expenden alcohol al público, sean éstos botillerías o locales nocturnos.

3. Fiscalizar el horario de cierre de estos locales y que no se venda alcohol a menores de edad.

4. Fiscalizar firmemente los denominados 'clandestinos', que probablemente los vecinos tienen plenamente identificados y extirpar, de una buena vez, su funcionamiento.

El alcohol es una droga, pero legal, y por ello debe someterse a estrictos controles, uno de los cuales es el del propio gremio. No es infrecuente que los comerciantes 'botilleros' sean asaltados, y paradójicamente, los asaltantes lo hacen bajo los efectos de alcohol. No estaría mal partir por casa en la lucha contra la delincuencia, puesto que son ellos mismos los que claman por mayor seguridad.

Ahora bien, lo malo es que la propuesta del alcalde de “usar” adolescentes para fiscalizar y, en definitiva, hacerlos funcionar como verdaderos agentes reveladores o provocadores, al estilo de los que se usan para descubrir narcotraficantes, atenta no sólo contra el mismo eslogan que se ha propuesto de “los niños primero en la fila”.

Poner a los niños a trabajar los fines de semana no creo que sea una buena idea, a la luz de lo que se ha planteado en torno a la proscripción del trabajo infantil y, además, la función que se plantea entregarles no deja de ser peligrosa. De hecho, los que generalmente hacen este trabajo son policías con amplia formación profesional y de autodefensa, que dudo que tengan niños y niñas de 16 y 17 años.

En resumen, por fin se apunta contra el alcohol, que sí es una causa de delincuencia, pero la forma que se plantea es, a lo menos, peligrosa y tímida, atendidas las numerosas otras facultades que tienen los propios municipios al respecto.

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