Sala de Prensa

26/06/2019

En diálogo participativo realizado en la cárcel de Coyhaique

Mujeres privadas de libertad mostraron preocupación por condiciones de su encierro

Esta actividad se suma a un trabajo mayor de la Defensoría Regional de Aysén, que busca mejorar las condiciones de vida de las privadas de libertad.

Por Valeska Olavarría G.,
periodista Defensoría Regional de Aysén.

Con el objetivo de informarles sobre sus derechos y conocer las condiciones en que viven, las situaciones que enfrentan a diario, así como sus opiniones y requerimientos, el Defensor Regional de Aysén, Jorge Moraga Torres, se reunió recientemente con mujeres privadas de libertad en la cárcel Coyhaique, con quienes sostuvo un diálogo participativo.

Se trató de una actividad más dentro de un esfuerzo mayor que realiza la Defensoría Regional de Aysén desde hace varios meses, y que busca un cambio positivo en la situación de reclusión en que se encuentran las mujeres privadas de libertad en la única sección femenina que existe en la región, y que está radicada en el penal de Coyhaique.

La institución ha sostenido que en una región tan extensa como Aysén es inviable que exista sólo una cárcel preparada para recibir mujeres, ya que si se dicta la prisión preventiva o condena privativa de libertad para mujeres que residen en Puerto Aysén, en el litoral, en Chile Chico o en Cochrane, ellas deben necesariamente trasladarse a cumplir tales medidas a la unidad penitenciaria de Coyhaique.

Con ello se les desarraiga de su lugar de origen y se daña el vínculo con su familia, particularmente con sus hijos. Esto no ocurre con los varones, ya que pueden permanecer en cualquiera de las cuatro unidades penales de la región.

BRECHAS DE GÉNERO
Los problemas más sentidos que el grupo identificó en esta charla radican en las diferencias con que viven o son tratadas en comparación con los varones recluidos. Por ejemplo, la sección femenina cuenta con un espacio muy reducido, incluso para recibir visitas, en el que por su tamaño es imposible conversar privadamente.

Por otra parte, las mujeres privadas de libertad tienen una serie de impedimentos para trabajar dentro de la unidad, mantener dinámicas de buena conducta y, consecuentemente, obtener beneficios.

Otra situación comentada fue la negativa del Centro de Estudios y Trabajo (CET) de Valle Verde, pues pese a que ese recinto cuenta con una sección femenina (hoy desocupada), sus responsables se niegan a recibir a la única mujer que está postulando y que cumple con los requisitos para el cambio de unidad.

Ante esta situación, el Defensor Regional comprometió intensificar el diálogo con el Seremi de Justicia y Derechos Humanos, Eugenio Canales, y con el director regional de Gendarmería, coronel Renato Montecinos.

“Entendemos que hay situaciones estructurales difíciles de modificar en plazos breves, que es lo que se necesita, pero no podemos dejar de insistir en mejorar la situación de las mujeres privadas de libertad de la región, las que comparativamente con los varones recluidos tienen muchas más limitaciones”, dijo Moraga.

El Defensor Regional comentó que, paralelamente, las mujeres recluidas continuarán recibiendo el apoyo profesional del defensor penitenciario Elvis Cameratti, al que se sumará el de otros profesionales de la Defensoría Regional de Aysen, con el fin de avanzar en una mejora sustancial de sus condiciones de vida en el encierro.

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