Sala de Prensa

25/07/2019

En plaza de justicia realizada en Coinco

El día que la señora Eliana explicó la importancia de difundir la labor de la Defensoría

Más de 80 personas de esta comuna agrícola de la región de O’Higgins requirieron información sobre la labor de la defensa pública.

Por Andrea Contreras Márquez,
Defensoría Regional de O'Higgins.

“No entiendo mucho de qué se trata esto, señorita”, dice doña Eliana Caviedes a la trabajadora social Macarena Martínez, que atiende el módulo que la Defensoría Regional de O´Higgins instaló en las afueras del Gimnasio Municipal de Coinco. Tras una simple y completa explicación sobre la misión institucional, doña Eliana se muestra satisfecha. “Uno es tan ignorante y tímida para acercarse a estas actividades y pucha que aprende de los servicios a los que puede optar”, dice.

A los pocos días, doña Eliana llama por teléfono, lo que permite concretar una charla en la junta de vecinos de su barrio, para dar a conocer las prestaciones que otorga la Defensoría Penal Pública a toda lacomunidad.

De eso se tratan estas actividades de difusión: lograr llegar a sitios extremos, rurales, periféricos, donde la información y los servicios no están a la mano y explicar a las personas que tienen derechos y beneficios para enfrentar distintos temas de su vida.  

MISIÓN INSTITUCIONAL
En el caso de la Defensoría, ello implica la asistencia de un abogado para que acompañe el proceso penal de cualquier imputado que lo requiera. Porque, como bien dice la señora Eliana, “uno debe entrar en pánico si sabe que está siendo culpada de algo. Imagínese! Qué bueno saber que una cuenta con un abogado que la oriente y ande con una para explicarle en chileno lo que está pasando”.

La vecina de Coinco agrega: “Es que uno no tiene idea, poh... Uno cree que no le pasan esas cosas, pero los problemas están a la vuelta de la esquina. Es que imagínese, yo ni sabía que amenazar de muerte era un delito. O sea, basta que una vecina se la crea y ya estamos pasando a tribunales... Que tremendo”.

Tras más de media hora de grata conversación, la señora Eliana se retira con un afectuoso abrazo al equipo en terreno y  lanza una idea final: “Yo le tengo que contar de esto a mi comunidad. ¿Me da un teléfono para ubicarlos?”

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