Sala de Prensa

18/02/2022

Columna de opinión:

“Magistrado, se cayó internet”

El siguiente artículo, escrito por la defensora pública Oriana Macías, fue publicado en el diario El Divisadero de Coyhaique.

Melinka, uno de los puntos más aislados de Aysén, donde la conectividad es un desafío por sortear.

Melinka, uno de los puntos más aislados de Aysén, donde la conectividad es un desafío por sortear.

Por Oriana Macías Correa,
defensora penal pública de Puerto Cisnes.

La pandemia de Covid-19 obligó a los intervinientes del sistema penal a encontrar una forma de continuar con nuestros servicios a través de medios remotos: por ejemplo, el Poder Judicial habilitó un tribunal digital y como Defensoría Penal Pública debimos crear nuevas plataformas para entrevistar, a distancia, a nuestros usuarios.

La plataforma Zoom vino a salvar la continuidad del sistema en su totalidad, transformándose -ya casi a mediados del año 2020- en la normalidad para resolver conflictos judiciales y, en nuestro caso, para ejercer una debida defensa, incluso aumentando la cantidad de usuarios entrevistados mediante WhatsApp, teléfono, correo electrónico o video conferencia.

Pero este método, que facilitó las cosas para la mayoría de nuestros usuarios, evitándoles desplazamientos, costos y tiempos de traslados, por ejemplo a tribunales de otras regiones, ha provocado también varias dificultades en la jurisdicción de las comunas de Puerto Cisnes, Lago Verde y Guaitecas, dificultades que -por cierto- debemos ponderar ante los beneficios.

Cuando durante la pandemia la mayoría de los usuarios en el país podía conectarse desde sus hogares o lugares de trabajo sin mayores dificultades, contando eso sí con una conexión estable a internet, nosotros vimos la otra cara de la moneda.

La modalidad de audiencias y entrevistas a distancia se ha transformado en un gran problema, debido a las características geográficas de nuestra jurisdicción, que son afectadas por el deficiente acceso a señal de celular, de internet e, incluso, a la falta de servicios públicos en localidades pequeñas, lo que ya era un problema antes de la pandemia.

Debemos recordar que, por ejemplo, en Puerto Gala, lugar al que sólo se accede por vía marítima, no hay retén de Carabineros y la única autoridad del sector es el alcalde de mar.

Es más, en varias ocasiones los usuarios no han podido conectarse desde sus casas mediante video llamada a sus audiencias por Zoom, ya que en sus localidad la conexión a internet es débil. Otras veces han debido conectarse sin cámara o se han demorado más tiempo de lo normal, debido a que hay que esperar una mejor conexión, en los casos en que un usuario o interviniente se cae de la conexión.

Varias veces, en medio de audiencias, nuestros representados han tenido que correr desde sus hogares a retenes de Carabineros, en espera de una mejor conexión. Por ejemplo, en estos dos años de pandemia y de audiencias por Zoom, en Puerto Gala solo ha podido realizarse una audiencia con cámara y audio. Las restantes se han realizado mediante teléfono, o incluso, las personas han debido trasladarse a una localidad con mejor conexión.

Personas en Melinka, Puerto Gala, Puerto Gaviota, Lago Verde, Villa La Tapera, Raúl Marín Balmaceda, e incluso La Junta, han sido mayormente afectadas por la mala conexión de internet existente en nuestra región, lo que se ve agravado cuando las condiciones climáticas no nos acompañan.

Las entrevistas de imputados en esas lejanas localidades muchas veces sólo se han podido realizar por teléfono, y no mediante videoconferencia que es lo ideal, pues la conexión no lo permite.

Afortunadamente, la conexión desde retenes de Carabineros ha aliviado un poco el problema, pero las limitaciones de acceso público a internet nos han afectado a todos, cuando también se pierde toda conexión, incluso de teléfono, con los retenes.

Esta compleja situación nos obliga a repensar en la urgente necesidad de que nuestra región cuente con una conexión eficiente a internet, que no sólo nos servirá para navegar en la red en nuestros tiempos de ocio o nos permitirá enviar o recibir mensajes, sino que es un bien esencial, que implica un real y efectivo acceso a la justicia para todas las personas, para todos los habitantes de la región de Aysén, desde sus más lejanas localidades. Es hora de que Chile entienda que Aysén ya no es la estación del olvido.

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