08/03/2019
Columna de opinión:
Igualdad de la mujer
El siguiente artículo fue redactado por el Defensor Regional de Atacama, Raúl Palma Olivares.
Por Raúl Palma O.,
Defensor Regional de Atacama.
En un estado de derecho democrático como es el nuestro, básicamente todos y todas estamos sujetos al cumplimiento de las normas del derecho y, a su vez, el Estado debe garantizar el respeto de los derechos fundamentales de todas las personas que lo conforman, asegurando de esta manera el ejercicio de las garantías civiles de todas y todos y el respeto irrestricto de los derechos humanos sin discriminaciones arbitrarias de ninguna especie.
Este planteamiento, que parece simple, es el resultado de cientos de años de evolución y de la lucha permanente de personas y colectivos valientes, que no cejaron en la consecución de mayores espacios de libertad e igualdad, sobre todo a partir del aprendizaje común de numerosas tragedias históricas que han marcado el devenir de las sociedades actuales.
Sin embargo, no es un misterio para nadie que en nuestra sociedad actual, a pesar de los ingentes avances en la promoción y respeto de los derechos humanos, del progreso material en general y del mayor bienestar social, persisten oprobiosas desigualdades y discriminaciones que cada vez resultan menos tolerables, por su injusticia evidente.
Una de esas situaciones es la posición desigual de la mujer en la sociedad. Nuestros sistemas sociales, construidos sobre la base de un modelo patriarcal, han perpetuado la desigualdad entre hombres y mujeres por medio de estereotipos de género, la discriminación y la violencia contra la mujer, lo que se traduce en un trato discriminatorio diario hacia niñas y mujeres en diversos ámbitos.
Éstos van desde la asignación de roles de género, donde la actividad de la mujer es menos valorada y, por lo tanto, subordinada jerárquicamente respecto de los hombres, lo que se traduce en relaciones de poder asimétricas a lo largo de toda la vida de las mujeres, hasta la violencia ejercida contra niñas y mujeres, que puede ser física, sexual, verbal, psicológica o socioeconómica y que, siendo la máxima expresión del uso abusivo del poder y la fuerza sobre la mujer, es consecuencia de esa condición de subordinación social y de la mayor vulnerabilidad de las niñas y mujeres ante la violencia.
En un estado de derecho democrático, quienes asumen un rol público están llamados primeramente a someterse al imperio de la ley y a propender a que el derecho en toda su expresión rija de manera equitativa en la sociedad, de manera de erradicar las brechas de desigualdad e injusticia y bregar por la efectiva igualdad ante la ley de todas y todos.
Por eso en la Defensoria Penal Pública, junto con brindar defensa penal a quien lo requiera, tenemos como misión velar por la dignidad y los derechos humanos de nuestros representados y garantizar el acceso a la justicia a aquellos en situación de especial vulnerabilidad.
Estamos comprometidos con el enfoque o perspectiva de género en todos los ámbitos de nuestra actividad, ya que una estrategia promovida por el sistema internacional de derechos humanos es, justamente, la transversalización de la igualdad de género, como la manera más eficiente de promover la concreta igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, condición ineludible para el progreso social y el desarrollo humano.
De esta manera, la perspectiva de género, en el marco del sistema del derecho internacional de los derechos humanos, nos compele en tanto defensores de los derechos humanos, a llevar adelante todas las políticas públicas e institucionales que propendan al objetivo final, que es la transformación de los roles de género a través del empoderamiento de las mujeres, el reconocimiento de la diversidad de género y la defensa de nuevos modelos de masculinidades, que permitan fomentar una mayor igualdad de las relaciones entre hombres y mujeres tanto dentro de nuestra institución como hacia afuera.
Ello, mediante la línea de defensa penal con enfoque de género, recién estructurada sobre la base de un manual de actuaciones mínimas, así como con el modelo piloto de defensa penitenciara de mujeres.
Por todo lo anterior, este 8M estamos conmemorando un nuevo Día Internacional de la Mujer profundamente comprometidos con la igualdad de género y la protección y promoción de los derechos de niñas y mujeres, ya que tenemos un rol fundamental en la defensa del principio de igualdad, la no discriminación, el acceso a la justicia y en la transformación del sistema de justicia chileno, desde el enfoque de los derechos humanos, a un sistema efectivamente más justo y más cercano a las realidades sociales actuales.
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