Sala de Prensa

23/12/2021

Defensoras juveniles de la Defensoría Metropolitana Sur expusieron en el CIP de San Bernardo

Jóvenes privados de libertad en Santiago conversaron sobre sus derechos ante la discriminación

La capacitación estuvo a cargo de Francisca Valdés y Macarena Hernández, quienes analizaron los derechos que les asisten y la forma en que pueden tomar conciencia de ellos para reconocer y respetar los derechos de los otros, buscando una convivencia más fraterna y libre de discriminaciones entre pares.

Por Gustavo López Valeria,
Defensoría Regional Metropolitana Sur.  

Hasta el Centro de Internación Provisoria (CIP) de San Bernardo llegaron las defensoras penales juveniles Francisca Valdés y Macarena Hernández, ambas adscritas a la Defensoría Regional Metropolitana Sur (DRMS), para conversar con los jóvenes internos en el recinto sobre la discriminación arbitraria y entregarles recomendaciones para que no caigan en prácticas discriminatorias, tanto en sus propias acciones para con otros, como aquellas de las que han sido víctimas sin saberlo realmente.

Junto a las postulantes de derecho Alejandrina Tobar y Sofia Castelli, ambas defensoras públicas se reunieron con los jóvenes y les recordaron que gozan no sólo de derechos humanos por el solo hecho de ser personas, sino que también de aquellos derechos especiales y específicos que les asisten en su calidad de niños, niñas y adolescentes (NNA).

El encuentro permitió compartir algunas definiciones y conceptos relacionados con la discriminación arbitraria, con la idea de que los adolescentes logren identificar aquellas acciones u omisiones que constituyan efectivamente una práctica discriminatoria.

Las expositoras invitaron a los jóvenes a reconocer las acciones que se puede entender como discriminatorias y abstenerse de seguir realizándolas, o bien denunciar y comunicar lo que les está sucediendo. Para ello se entregaron ideas y el siginificado preciso de conceptos claves como distinción, arbitraria y menoscabo.

IDENTIFICAR LA DISCRIMINACIÓN 
En su vida cotidiana, los cerca de 20 jóvenes que participaron de la actividad reconocieron hechos que son parte de la discriminación o la sustentan, como raza o etnia, nacionalidad, situación de migrante, situación económica, idioma, religión o creencia, sexo, orientación sexual y/o identidad de género, apariencia personal y enfermedad o discapacidad.

Las abogadas también analizaron grupos que presentan especial interés por presentar una vulnerabilidad interseccional, como adolescentes en situación de discapacidad, jóvene migrantes, pertenecientes a pueblos originarios o a la comunidad LGTBIQ+.

Tras identificar la discriminación y sus manifestaciones más relevantes, se les dio una guía práctica de qué hacer cuando sean discriminados, partiendo por identificar la práctica como discriminatoria, para luego comunicarlo a quienes estén a cargo -familiares o adultos de confianza- para buscar ayuda e intentar solucionarlo mediante una conciliación.

Frente al fracaso del intento por solucionar el conflicto, se les explicó qué vías legales pueden accionar. En particular se expuso sobre la acción de no discriminación, contemplada en la Ley N° 20.609, y sobre la acción de protección, sus requisitos, plazos y posibles resultados.

Según las defensoras públicas y postulantes, la idea es que los adolescentes se miren a sí mismos con conciencia de sus derechos y, al hacerlo, que reconozcan y respeten los derechos de los otros, para que de este modo su convivencia sea más fraterna y libre de discriminaciones entre pares.

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