Sala de Prensa

20/12/2012

Columna de opinión:

Lecciones del 2012

El siguiente artículo, escrito por el Defensor Regional (S) de Antofagasta, fue publicado en el diario El Mercurio de esa ciudad.

Enfrentamos el término del 2012 y ya estamos sólo a días del comercializado 21 de diciembre, cuyo desenlace no será otro que las ganancias de unos pocos, el miedo de otros o la conversión etno-mística de otros tantos.

Sin embargo, y alejado de esta parafernalia apocalíptica comunicacional, este año nos deja grandes lecciones en el ámbito de la defensa penal. Así, los casos Bombas y  Pitronello pusieron de manifiesto que la herramienta penal -en tanto representación simbólica de la violencia gestionada desde el Estado- debe ser utilizada  razonablemente y alejada de toda pretensión eficientista y de resultados electorales de corto plazo.

Se suma  a lo anterior, la persistencia y visibilización del conflicto que mantiene el Estado de Chile con el pueblo mapuche. A mi juicio, esta criminalización -evidenciada en fallos de tribunales orales y pronunciamientos de las Cortes de Apelaciones y Suprema-, más allá del triunfo o derrota de tesis  jurídicas, impone la urgente e ineludible tarea de afrontar como Estado dicha conflictividad y no insistir en librar la solución al simple ejercicio de la acción penal, amparada en una legislación especial.

En este orden de ideas y bajo el mismo patrón de actuación, se enfrentó la  conflictividad social manifestada entre el nuevo ciudadano (reflexivo, activo, con  conciencia de su ser, en tanto portador de dignidad) y el desgastado aparato de representación y participación de nuestro país.

Sobre este punto, hay que tener algo muy presente para 2013: con la herramienta penal no se juega, pues ante su fracaso por el uso inadecuado y eficientista que se hizo de ella, su efecto simbólico de acatamiento decae y -con ello- su legitimidad. Y sin legitimad en la imposición de una sanción, no es posible pretender respeto de las normas.

Así las cosas, de mantenerse esta desconsideración hacIa la utilización de la herramienta penal por sobre los mecanismos institucionales que permitan una real participación en la vida publica como ciudadanos y como pueblos, no tendremos un 2013 muy diverso al año que se nos va.

No obstante, opto por el optimismo, lo que me  permite -desde la Defensoría Penal Pública- abogar por el respeto irrestricto de los derechos de las personas, en tanto seres humanos portadores de dignidad, ya desde su  condición de vulnerabilidad, sean éstos adolescentes, mujeres, migrantes o indígenas.     

Por Roberto Vega Taucare,
Defensor Regional (S) de Antofagasta.

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