Sala de Prensa

18/06/2013

Caso Lupe Carbonell

El lado B de la labor de los defensores públicos

Pablo Sanzana debió desplegar toda su empatía para contener a su desolada defendida, cuando se informó la condena en su contra a cinco años y un día de presidio.

Por José Ignacio Aguirre O.,
Defensoría Regional Metropolitana Norte.

El llanto desesperado de Lupe Carbonell cuando su defensor público le explicó que debía volver a prisión preventiva obligó a Pablo Sanzana a desplegar toda su empatía para contener a su defendida. La ciudadana peruana, que cumplió cinco meses con arresto domiciliario, llegó al Centro de Justicia de Santiago (CJS) con su bolso para entregarse voluntariamente a la justicia.

Previamente, su defensor le había explicado telefónicamente los alcances de esta adversa resolución de la Corte de Apelaciones, que revocó la decisión del Cuarto Tribunal Oral de mantener el arresto domiciliario total de la mujer, rechazando la petición de la fiscalía de aplicarle la prisión preventiva. La fiscalía apeló, argumentando que la condena de cinco años y un día de presidio efectivo por el delito de secuestro de menores aumentaba el riesgo de fuga.

Pablo Sanzana explicó que para él fue también un momento muy difícil, ya que su representada llegó al Centro de Justicia muy afectada. Si bien no tiene antecedentes penales previos, ella ya sabía lo que es estar privada de libertad ya que los primeros ocho meses de la investigación estuvo en prisión preventiva.

“Cuando le expliqué su situación estalló en llanto y traté de hacer lo posible para tranquilizarla. Nos fuimos caminando hasta el tribunal oral y le fui diciendo que se calmara, explicándole que aún teníamos muchas posibilidades con el recurso de nulidad que vamos a presentar”, precisó.

Sanzana explicó que está analizando los argumentos, que podrían materializarse en un recurso que se presentará ante la Corte de Apelaciones o ante la Corte Suprema, según sea que se funde en valoración de la prueba o en infracción de garantías, respectivamente.

FALLO DIVIDIDO
Lupe Carbonell fue condenada en votación dividida, al darse por acreditado que la mujer actuó en el ejercicio de sus facultades mentales cuando ingresó disfrazada de auxiliar de enfermería a la habitación de Alejandra Martínez González en el hospital San Borja Arriarán y se llevó a su hija recién nacida. La defensa no controvirtió los hechos, sino que argumentó que la mujer era inimputable, ya que al momento de la comisión del delito estaba en un estado psicológico de enajenación, agravado por una fuerte dosis de sustancias auto medicadas.

El tribunal oral la condenó por sustracción de menores con el voto de minoría de su presidenta, Marcela Figueroa, quien estuvo por absolverla de todos los cargos por tratarse de una persona inimputable.

El defensor público subrayó que la argumentación de la magistrada resultará vital para sustentar el recurso de nulidad que presentará en los próximos días. Agregó que se encuentra analizando con la unidad de Estudios si éste se fundará en una errónea valoración de la prueba o en infracción de garantías.

  • subir
  • imprimir
  • volver