Sala de Prensa

08/08/2013

Tribunal Oral de Arica la absolvió tras ocho meses en prisión preventiva.

El cuento del “paquetito” casi le cuesta años de libertad a esforzada comerciante peruana.

Teodora García ayudaba a una conocida a pasar una mochila por Aduanas cuando los funcionarios descubrieron dos kilos de coca escondidos. La mujer tuvo la suerte de que testigos la apoyaran en el juicio y probaran que fue engañada.

Héctor Mérida C.,
Defensoría Regional de Tarapacá

Agradeciendo a Dios y a los profesionales de la Defensoría Regional de Arica y Parinacota recibió su sentencia una comerciante peruana que fue absuelta tras pasar ocho meses en prisión preventiva, acusada de transportar dos kilos de cocaína cuando en realidad fue víctima de la legendaria maniobra fronteriza de “pasar el paquetito”.

Teodora García Murga, de 52 años, recobró la libertad luego que su defensor público, Neo Rojas Arévalo, convenciera a los tres jueces del Tribunal Oral en lo Penal de Arica de que su representada cayó incautamente en esa trampa.

“Para lograr eso debimos aportar pruebas afortunadamente muy claras, que respaldaron la versión de esta mujer, quien por ser buena persona pudo tener una suerte peor”, explica Rojas, quien agrega que una testigo que presenció las maniobras claves del engaño testimonió en favor de Teodora García.

La mujer se dedica desde hace años al comercio fronterizo, llevando mercaderías de Arica a Tacna y viceversa, sin que hasta el momento de estos hechos hubiera tenido algún problema con la justicia o con Aduanas. Pero el 24 de noviembre de 2012 fue abordada en el Terminal Rodoviario de Arica por una conocida del Perú.

Con mucha prisa, la mujer le pidió ayuda para el trámite de revisión del equipaje. “Llevo mucho y se me va el bus para Santiago”, le dijo, mostrándole que dentro de su mochila sólo había ropas. Teodora García accedió.

Lo que no alcanzó a calibrar bien fue lo raro que resultaba que su conocida pidiera en el servicio de custodia una mochila que otra persona había dejado un par de días antes, que todo lo hiciera con mucha urgencia y que luego combinara las pertenencias de una maleta con otros paquetes, todo eso al interior de un baño.

Recién después la mujer solicitó a García que se pusiera en la fila de revisión aduanera, mientras ella se ubicaba para ese mismo registro unos puestos más allá.

REGISTRO Y SORPRESA
La comerciante enfrentó serena el examen de Aduanas, explicando que sólo era ropa. Sin embargo, el funcionario notó algo raro y comenzó a revisar con más celo, mientras le preguntaba si era seguro que sólo había prendas de vestir dentro del envase.

En ese momento Teodora contó que ella no viajaba con tal equipaje, que no tenía pasaje ni intención de abordar el bus hacia Santiago, sino que sólo ayudaba a una conocida que estaba un poco más allá. Obviamente, al tratar de señalarla ya no la divisó más.

“Fue crucial el testimonio de la chica que atendía en Custodia, quien dejó en claro que en todo momento fue la mujer fugitiva la que fue a buscar las especies, la que preguntó por otros paquetes y los retiró pagando por todos, mientras la comerciante sólo observaba”, aclara Neo Rojas.

Lo anterior pudo respaldarse con la comparecencia de la testigo, con testimonios de otras personas que vieron a la fugitiva transitar esos días por el terminal rodoviario y comprobando que en esos mismos días tal persona había ingresado y salido de Chile por Chacalluta.
 
'COMERCIO HORMIGA'
También se demostró que Teodora García no tenía pasaje para viajar desde Arica hacia el sur del país y que su historial personal era claramente el de una mujer que se gana la vida trabajando en el “comercio hormiga” tan característico de la frontera entre Arica y Tacna, mediante lo cual logró criar a sus cuatro hijos, ya mayores de edad.

“Agradezco en primer lugar a Dios que haya puesto en el corazón de los jueces de Arica el que había inocencia en mi persona, y luego en mi abogado Neo Rojas, en Viena Ruiz–Tagle e Inés Flores, que desde la Defensoría Pública trabajaron por mi defensa”, dice hoy la comerciante.

Tras esperar tener en sus manos la sentencia absolutoria que ahora le entregaron, podrá viajar a ver a tres de sus hijos que viven en el Perú. En Arica la acompañó todo el tiempo otra de sus hijas, quien se casó con chileno y trabaja en esta ciudad.

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