Sala de Prensa

29/05/2014

Fue acusado de violar a la polola de otro soldado, delito por el que ya había sido absuelto en un juicio anterior

Ex conscripto Erwin Sparza, absuelto por segunda vez: “Se hizo justicia”

“Gracias a Dios entregué mi vida a mis defensores”, dijo Sparza, luego de que el Tribunal Oral en lo Penal de Punta Arenas determinara por segunda vez su total inocencia en los hechos.


El joven estaba acusado como autor de violación en contra de la polola de un ex compañero del regimiento, delito por el cual ya había sido absuelto en un juicio oral efectuado en noviembre del año pasado, tal como ahora lo decidieron los jueces Claudio Neculman, Jovita Soto y José Octavio Flores, aunque en votación dividida.

Aunque Erwin se mostraba contento, disimulaba el nerviosismo propio de quien enfrentó una situación que le pudo significar hasta ocho años de cárcel por un hecho que nunca cometió. De hecho, su escueta declaración de “estoy feliz, se hizo justicia” ocultaba el calvario de haber pasado un año y medio sin poder vivir normalmente.

Porque, como bien lo explicó posteriormente, un poco más relajado en las oficinas de sus defensores penales públicos Juan Ignacio Lafontaine y Jaime Obando, “esto es algo que no se me salía de la cabeza”.

NOTICIA PENOSA
Sparza recuerda que estaba en Santiago -de donde es oriundo- cuando supo que el juicio oral se repetiría, noticia que fue muy penosa para él, porque “yo ya había sido absuelto, se había demostrado mi inocencia y revivir todo fue muy achacador, deprimente. No me cabía en la cabeza tener que volver nuevamente acá”.

La angustia del joven fue graficada el defensor Lafontaine, quien destacó ante los medios de comunicación que “cinco jueces de seis consideran que mi cliente no cometió violación. Acá existió un daño con esta acusación, porque mi defendido estuvo privado de libertad varios meses, luego fue absuelto y al estar en Santiago intentando rehabilitar su vida la Corte de Apelaciones anuló el juicio y estaba con la incertidumbre, pero ahora puede retomar su vida normal”. 

Tal como le sucede a muchas personas que no conocen el trabajo de la Defensoría Penal Pública, Sparza confiesa que cuando fue detenido pensó en contratar a un abogado particular, “pero la verdad de las cosas, gracias a Dios yo soy creyente y le entregué a mi vida a mis defensores penales públicos Leonardo Vallejos, Juan Ignacio Lafontaine y Jaime Obando. Y no me arrepiento de ello (...) La confianza fue plena, siempre ayudándome y dándome aliento”, comenta.

LLAMADA REPETIDA
Al igual que la vez anterior, la primera persona a la que Erwin llamó al finalizar el juicio oral fue a su madre y tal como ocurrió hace seis meses, sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas al escucharla. “Si bien soy hombre, en estos casos si hay que derramar una lagrima se hace, sobre todo cuando escuché la voz de mi madre que nuevamente me va a tener a su lado, ya que por una mentira estaba arriesgando estar ocho años sin estar con mis seres queridos”, explicó emocionado.

Sparza retornará a Santiago para retomar sus estudios de gastronomía internacional y pese a todo, saca algo positivo de lo que le ha tocado vivir: “Voy a hacer rehacer nuevamente mi vida", asegura.

"El resultado fue satisfactorio no para mí, sino para Erwin. Y esto demostró que el trabajo que realizamos en la Defensoría cosechó frutos, que fueron dos absoluciones en el mismo caso”, concluyó el defensor público Juan Ignacio Lafontaine.

  • subir
  • imprimir
  • volver