Sala de Prensa

12/06/2015

Defensoría Regional de Tarapacá optimiza comunicación con pobladores de zonas rurales

Difunden derechos penales ante agricultores de precordillerana comuna de Camiña

Para contactarlos se los busca hasta en sus sitios de cosecha, a lo largo de esa extensa quebrada, ubicada a 200 kilómetros de Iquique.

Por Héctor Mérida C.,
Defensoría Regional de Tarapacá.

Acudiendo directamente hasta los sitios de cosecha agrícola, a las filas de quienes esperaban el pago de sus pensiones y a los grupos que permanecían en la limpísima plaza de armas del pueblo, profesionales de la Defensoría Regional de Tarapacá resolvieron el desafío de llegar adecuadamente a los habitantes de una localidad rural como Camiña.

Tal opción surgió tras constatar permanentemente que es muy difícil reunir a una audiencia numerosa para la figura de una charla tradicional. La razón: los pobladores rurales de esta zona viven muy dispersos, en poblados de apenas decenas de habitantes y una parte de la semana la pasan en la zona rural de Iquique o Alto Hospicio.

“¡Buenas tardes!, somos de la Defensoría Penal Pública. ¿Nos permitirían conversarles, para que conozcan a esta institución? Nosotros tenemos abogados que defienden personas”. Con estas palabras, Andrea Mamani interviene ante una familia que ordena cebollines recién cosechados en una de los pequeños lotes agrícolas que llenan la Quebrada de Camiña, en las cercanías del pueblo homónimo, ubicado a 200 kilómetros de Iquique.

LA FOTO Y LOS CEBOLLINES
Doña Celestina mira risueña, siguiendo con la vista la cámara fotográfica de este reportero. Su hijo se concentra en atar los vegetales y don Nicolás se muestra un tanto distante, mientras la facilitadora intercultural de la Defensoría Regional de Tarapacá intenta ganarse su confianza.

Lo logra casi de inmediato, tras aclarar que “este señor fotógrafo trabaja con nosotros y no tomará ninguna foto si ustedes no dan permiso ¿Aceptan?”.

La agricultora sonríe y bromea con que deberían pagarle por eso, que su tenida de trabajo no es la mejor para retratarse, pero acepta cuando se le explica que, precisamente, la imagen de esas hermosas cebollas es lo más adecuado para mostrar cómo vive la gente de este pequeño valle.

“Nosotros nos dedicamos a defender en los tribunales a las personas acusadas de cometer algún delito. Por ejemplo conducir bajo estado de ebriedad, lo que ocurre preferentemente en carnavales; o por contrabando, si alguien trae algo no declarado desde Bolivia. También de lesiones en violencia intrafamiliar, robos, drogas”, explica Andrea Mamani.

Paralelamente, ha repartido folletos sobre los derechos en materia penal, que los lugareños revisan con interés, aunque sin detener nunca la tarea de confeccionar atados de cebollines. Ni siquiera cuando Mamani les habla de la defensa penal indígena.

Con esta misma técnica, los profesionales de la Defensoría Regional de Tarapacá abordaron también a los jubilados que temprano hacían fila en la Municipalidad de Camiña, justo el día en que se pagan las pensiones. O entre quienes descansaban en la plaza de armas del pueblo, donde una treintena de servicios públicos –entre ellos la Defensoría- participan en la jornada llamada “Gobierno en terreno”.

Ahora, tras 20 minutos, al sitio en que la familia aymara ordena los frutos de su cosecha llegan dos camionetas, cuyos ocupantes se bajan, cotizan el producto e inician la compra de cebollines. Habiendo alcanzado a explicar lo fundamental, la facilitadora intercultural se despide y deja que la economía local se reactive. La tarea ya está hecha y la foto, tomada.

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