Sala de Prensa

19/08/2015

La Defensoría Penal Pública difundió allí su misión y los derechos en el ámbito de la justicia penal.

Cariquima, un poblado aymara sorprendentemente activo en el altiplano chileno

Ubicado en una aislada zona, esta localidad muestra una intensa vida comunitaria, impulsada por la continua llegada de sus hijos que trabajan en otras provincias.

Por Héctor Mérida C.,
Defensoría Regional de Tarapacá.

Cariquima es el nombre de uno de los pueblos más importantes del altiplano de la zona de Iquique y el destino de una de las jornadas de difusión más sorprendentes realizadas por los funcionarios de la Defensoría Regional de Tarapacá.

Fue así porque a la esperada visión de otra aldea de calles aparentemente desoladas se le contrapuso una dinámica que trasciende las distancias y otras dificultades de vivir en el altiplano, a 3 mil 850 metros sobre el nivel del mar.

A esa altura y a 195 kilómetros de la costa se ubica esta localidad, donde hay una escuela, un templo católico, otro evangélico, dos residenciales, una posta rural y varias sedes comunitarias, un museo y hasta el único aeródromo de esta región.

Sus habitantes permanentes no superan los 200, pero ese número se multiplica fácilmente para las fiestas tradicionales del Carnaval, de San Juan o del Año Nuevo, o Machaq Mara, como se escribe en el lenguaje ancestral de la cultura aymara.

“Aunque vivo en Alto Hospicio, cuando llego a este lugar no me dan ganas de irme, ¡hay una tranquilidad…!", explica Eleodor Moscoso, una de las primeras personas contactadas por los funcionarios de la Defensoría y quien resulta ser un ex directivo de Conadi con familia en el poblado.

Lo mismo cuenta don Leonel, un hijo de estas tierras que trabaja en Calama, pero que vuelve frecuentemente a estar con su familia y atender asuntos relacionados con propiedades y ganado. Pasa igual con otro grupo personas que esperan una reunión de la junta de vecinos con el Ministerio de Bienes Nacionales. Todos reciben los folletos institucionales y concuerdan en la importancia de que los comuneros conozcan sus derechos en materia de justicia penal.

“Cariquima se distingue de los demás poblados cercanos porque es una de las dos ‘markas’ de esta zona del altiplano chileno”, aclara Andrea Mamani, facilitadora intercultural de la Defensoría Regional de Tarapacá, quien detalla que ‘marka’ es una unidad territorial de alta importancia en la organización política, social y económica aymara.

“Ahora, siendo similar a la más conocida Isluga, éste es un centro muy activo, en donde sus hijos siguen habitándolo. Es algo así como un pueblo capital: es Cariquima marka, pero también es el símbolo de esta zona de vida comunitaria”, agrega.

Lo anterior explica que a medida que se acerca la hora de la reunión, sigan apareciendo más y más personas desde esas casas que parecían vacías, o desde los caminos a bordo de todo tipo de vehículos. También aclara la autoridad que luce don Antonio Moscoso, antiguo líder comunitario y actual presidente de los vecinos del pueblo, quien saluda acompañado de su esposa, Elena Mamani, quien no deja de ‘torcer’ lana de alpaca mientras saluda y conversa con el Defensor Regional, Marco Montero.

Todos ellos y otros vecinos atienden al equipo de la Defensoría en sus casas, reciben con respeto los folletos institucionales y las explicaciones sobre los derechos que tiene cada persona ante el sistema penal. Tras eso acueden a su reunión, en la que revisarán sus derechos en otro plano de sus preocupaciones comunitarias.

  • subir
  • imprimir
  • volver