Sala de Prensa

19/08/2015

Funcionarios de Tarapacá llegaron hasta la remota reunión quincenal de comerciantes andinos.

La Defensoría difundió los derechos de las personas con puesto en Feria Fronteriza de Colchane

La actividad permitió llegar directamente a decenas de habitantes de zonas aisladas y también atender consultas sobre varios casos penales.

Por Héctor Mérida C.,
Defensoría Regional de Tarapacá.

”Si vas a Roma, haz como los romanos”. Siguiendo esta máxima, un equipo de la Defensoría Regional de Tarapacá se instaló a la usanza andina en la Feria Fronteriza de Colchane, con el objeto de cumplir una jornada de difusión entre las centenares de personas que acuden a este encuentro en que, cada quince días, habitantes de Chile y Bolivia se reúnen para intercambiar productos a pocos metros de la frontera y a un kilómetro del pueblo capital de la comuna.

Desplegando en el suelo manteles plenos de folletos, atendieron a quienes llegaban atraídos por la estampa de los funcionarios vestidos de azul con el logo de la Defensoría. “¿Cuánto valen?”, preguntaron varios de los que acudían a averiguar de qué se trataba, recibiendo como respuesta que los trípticos eran gratis y que este puesto no vendía nada, sino que orientaba a las personas sobre sus derechos en materia penal.

Al comienzo hubo desconfianza, pues habitualmente la feria sólo reúne a comerciantes de una enorme diversidad de productos, pero no a funcionarios públicos. Sin embargo, la reticencia inicial dio paso a una numerosa serie de consultas de hombres, mujeres y jóvenes, que hacían un alto en su trajín comercial.

“Entiendo, pero quiero que también mi hijo conozca esto”, dijo con firmeza doña Rosalía Copa Soto, una mujer aymara que transitaba cargando a su bebé en un ‘aguayo’ o manta andina sobre su espalda y con otros dos pequeños a su lado.

Tras retirarse por un par de minutos y retornar con su primogénito, de 13 años, la mujer le hizo leer en voz alta el folleto sobre los derechos de los jóvenes ante el sistema penal, que le proporcionó el Defensor Regional de Tarapacá, Marco Montero.

El directivo destacó estas vivencias y explicó luego que “ha sido una experiencia maravillosa e inolvidable. La difusión de derechos en lugares tan apartados de los centros urbanos es una valiosa oportunidad para generar instancias de acercamiento, diálogo y cabal comprensión de la enorme riqueza presente en la diversidad cultural de nuestro país y, a su vez, permitir el conocimiento de los habitantes de estas comunidades de la noble labor que realiza la Defensoría Penal.”

Como complemento de esa atención, la facilitadora intercultural Andrea Mamani y el funcionario de contabilidad Abel Gutiérrez recorrían la feria, entregando volantes y explicando a los transeúntes la misión institucional y la importancia de los derechos penales.

Tal esfuerzo dio frutos insospechados, puesto que aparecieron numerosas personas con inquietudes y hasta con casos específicos de conflicto penal, los que fueron atendidos directamente por el Defensor Regional.

Un caballero maduro recibió uno de los trípticos y al rato regresó con su hijo, que necesitaba borrar un antecedente que le impedía salir del territorio nacional. Una señora que vendía sentada en un puesto escuchó que había presente un abogado y le consultó por su problema.

Ya avanzada la jornada en la feria fronteriza, eran varias las personas reunidas en torno al defensor que atendían sus explicaciones. Mientras, sobre el paño azul con logo de la Defensoría Penal Pública, jugaban los morenos niños y niñas altiplánicos de los puestos cercanos, ordenando los folletos por colores, por tamaño. En fin, como juegan los niños...

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