Sala de Prensa

28/01/2016

Columna de opinión:

Otra vez bajan las denuncias de delitos

El siguiente artículo, publicado por diario El Centro de Talca el martes 23 de enero de 2016, fue escrito por el Defensor Regional del Maule, José Luis Craig.

Por José Luis Craig M.,
Defensor Regional del Maule. 

El Ministerio Público de Chile ya ha dado a conocer su balance anual para el año que recién termina y nuevamente sorprenden sus datos gruesos. Sorprenden a la comunidad, porque solemos estar bombardeados por noticias pesimistas y alarmistas, que nos indican cómo el delito está perjudicando nuestra calidad de vida y prácticamente no nos deja vivir.

En el dato entregado por la Fiscalía y las policías no hay sensaciones ni temores, los datos son concretos, duros y precisos: las denuncias en Chile, durante 2015, bajaron en 16 mil, aproximadamente. Al menos dos conjeturas se pueden hacer con ese dato: la primera es que la “cifra negra”, que es la diferencia entre los delitos efectivamente cometidos y los que se denuncian a las policías aumentó y la segunda es que la delincuencia disminuyó en Chile.

Analicemos un poco, desde la perspectiva de un aprendiz de sociólogo y opinólogo, los tiempos que corren, con redes sociales incluidas, realities, fonos denuncia y toda la maravillosa gama de posibilidades de estar interactuando en tiempo real con el entorno que abre la tecnología. Sumemos una buena dosis de indignación en la población, que hace que reclame mucho más que antes, una presencia motorizada y de infantería más cercana a la población de los policías y una campaña anti delincuencia que desde las urnas nos llama e insta a denunciar y a no dejar pasar una a nadie.

Si a ello le sumamos el fenómeno barbárico de las detenciones ciudadanas, más los programas que graban en tiempo real cómo los policías hacen y deshacen en las casas de la gente denunciada en sus operativos nocturnos, la verdad es que todo ello me hace dudar que la gente no esté denunciando más que antes.

Por todo lo anterior es que me inclino por la segunda opción, aunque no sea la que le guste mucho a los políticos que han hecho su fama como persecutores de la delincuencia, a la empresas de seguridad que han hecho fortunas con el temor y tampoco a cierto sector de la prensa, que ha lucrado y ganado puntos de rating con la crónica roja desmesurada y exagerada.

Puedo equivocarme, pero los números están de mi lado: 16 mil denuncias menos que el año pasado, tercer año consecutivo que baja la cantidad de delitos ingresados al sistema penal y en nuestra región los denominados delitos de mayor connotación social bajan un notable 4,7 por ciento. A ello podemos sumar la encuesta de victimización de hogares, que también anotó una baja en su última medición.

¿Cosas por hacer? Obviamente, hay muchas. Por ejemplo, debe partirse por los delitos que mayormente afectan la calidad de vida de la gente, como son los robos, ítem en que en nuestra región estamos bastante al debe, puesto que en 2015 se archivaron casi cinco veces más causas que las que obtuvieron una salida judicial. Es decir, de cada cinco delitos de robo, el sistema logró determinar tan sólo a un responsable de ellos. Impresentable.

Pero cualquier camino que adoptemos no debe perder de vista algo: el delito jamás desaparecerá de nuestra sociedad. Valga sólo recordar que cuando había sólo cuatro habitantes en la tierra, uno de ellos se transformó en homicida.

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