Sala de Prensa

29/08/2016

Columna de opinión publicada por El Diario de Aysén

Contra todo pronóstico

El siguiente artículo fue escrito por el Defensor Regional de Aysén, Fernando Acuña Gutiérrez.

Por Fernando Acuña G.,
Defensor Regional de Aysén.

Durante el siglo XIX, la consolidación de la independencia y el nacimiento del Estado de Chile fueron impulsados básicamente por una serie de personajes, entre los cuales destacó el joven Bernardo.

Hijo de una niña de catorce años, seducida por un anciano gobernador extranjero, Bernardo fue siempre desconocido por su padre. Nunca lo vio. Nunca le habló. Jamás respondió siquiera una carta suya. Este niño, aparentemente olvidado, parecía estar condenado a una vida mediocre, sin luces ni mayores aportes a su sociedad. Más aún, en parámetros actuales, no nos hubiera extrañado que hubiese caído en la delincuencia.

¿Qué hizo la diferencia?

Entre muchas situaciones polémicas, no parece existir duda de que Bernardo, además de una personalidad resciliente, tuvo la mejor educación de su época. Se le entregaron herramientas, no sólo para superar las adversidades, sino para liderar una nación entera, dirigir el proceso de independencia y nacimiento de un Estado, y tener la grandeza de espíritu de dar un paso al costado para evitar el enfrentamiento civil.

Esto es lo que queremos para Chile, para nuestros niños y adolescentes que están en situación desmejorada: darles las herramientas para que salgan adelante, entregarles educación de calidad, que les impulse a ser hombres y mujeres útiles, constructores de una sociedad mejor.

Esto es algo que con clases express, modalidades de dos y tres años por uno, el empujar a que se “regularicen” estudios por medio de exámenes libres, no se consigue.

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