Sala de Prensa

27/03/2024

A propósito de un recurso de amparo interpuesto en favor de las mujeres privadas de libertad en Coyhaique

Defensor Regional de Aysén destacó la necesidad del enfoque de género en el sistema carcelario

En radio "Arcoiris" FM, Jorge Moraga habló, además, sobre el uso excesivo de la prisión preventiva. Revisa la entrevista aquí: https://fb.watch/r3TWDKk2c6/

Por Valeska Olavarría Gallardo,
periodista Defensoría Regional de Aysén.

Invitado al programa "Hora Punta", de radio "Arcoiris" de Coyhaique, el Defensor Regional de Aysén, Jorge Moraga, se refirió al recurso amparo interpuesto por la Defensoría Penal Pública y el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) en favor de las mujeres privadas de libertad en la cárcel de Coyhaique, y que busca que Gendarmería tome las medidas necesarias para mejorar las condiciones de habitabilidad en que ellas deben permanecer encarceladas.

Actualmente, se está a la espera de la resolución de la Corte Suprema, toda vez que Gendarmería recurrió a la decisión de la Corte de Apelaciones de Coyhaique que, en su oportunidad, acogió el recurso señalado.

En este sentido, Moraga explicó que esperan que el máximo tribunal del país les dé la razón, ya que las malas condiciones de encierro que enfrentan las mujeres encarceladas en la región es conocida por todos y existe acuerdo en que el estado en el que cumplen su privación de libertad es aún peor que la que viven los hombres en la misma situación.

“Las mujeres están encerradas en sus celdas, compartidas y hacinadas, durante 21 horas diarias y sólo pueden salir de ellas por tres horas al día. El desencierro de los hombres es de 7 a 8 horas diarias, lo que ya nos demuestra una enorme brecha, que atenta gravemente contra la salud mental de las prisioneras”, dijo el Defensor Regional.

Según Moraga, si bien existe conciencia sobre los recursos limitados con que cuenta Gendarmería, lo que se está solicitando no es la construcción de un nuevo módulo, sino adecuar la infraestructura que ya existe.

“Si las mujeres están hacinadas y sólo con espacio en la cárcel de Coyhaique, lo que esperaríamos es que se abra un espacio más en otra cárcel de la región, de manera de poder segregar a condenadas e imputadas, que puedan así tener sus ocho horas de desencierro en espacios dignos (…) La cárcel de Aysén tiene una sección juvenil espaciosa y con un solo joven, por ejemplo. Ese es un espacio que podría adecuarse. Requiere de recursos, redestinar más personal femenino de Gendarmería, pero no es inalcanzable”, sostuvo.

CÁRCELES SIN ENFOQUE DE GÉNERO
Cabe señalar que el sistema carcelario chileno data de principios del siglo XX y fue creado para encarcelar varones, de modo que no existió enfoque de género desde sus inicios y por mucho tiempo. “Hoy son más los varones encarcelados que las mujeres, pero el problema es que el número de internas ha ido en gradual aumento, sin que el sistema -por diversas razones- se haga cargo de esta realidad”, puntualizó el jefe regional de la defensa pública.

Por todo lo anterior, en el sistema carcelario chileno las mujeres son quienes están más limitadas en sus opciones laborales y de capacitación para la reinserción. También son quienes siguen llevando el peso de la mantención familiar y del cuidado de hijos e hijas que están con ellas en el encierro. Son las menos visitadas y, por lo mismo, sus situaciones se vuelven aún más precarias.

USO EXCESIVO DE PRISIÓN PREVENTIVA
En otro ámbito, el Defensor Regional aclaró que la prisión preventiva es una herramienta útil y necesaria en aquellos casos que lo ameritan, es decir, ante delitos o crímenes de alta connotación social, en cuyo caso la seguridad de las personas quedaría gravemente comprometida con la libertad del imputado o imputada, o en aquellos casos en que la sanción que se arriesga es privativa de libertad. Por lo mismo, advirtió que su aplicación debe ser restrictiva.

“La prisión preventiva debe ser usada como último recurso y en casos claramente justificados, por el impacto que conlleva. El problema es que, a la fecha, se está usando casi como una condena anticipada (…) Antes de llegar a ella se deben considerar otras medidas cautelares de nuestro código, tales como la firma periódica ante policías o Fiscalía, la prohibición de salir de la comuna, de la región o del país; la prohibición de acercarse a la víctima, la reclusión domiciliara total o parcial, que son medidas que logran el mismo objetivo, pero cuyo impacto en la vida de la persona imputada y en la sociedad es menor”, aseguró.

Desde hace dos años, aproximadamente, se percibe un fuerte incremento de personas privadas de libertad de manera preventiva en nuestro país, lo que ha generado un importante hacinamiento en las cárceles que, en su mayoría, no tienen las instalaciones adecuadas para mantener a este número creciente de personas, poniendo en práctica una segregación adecuada según estado procesal, compromiso delictual y otros factores.

“Entonces, ocurre que el interior de los recintos carcelarios se presta para nuevos delitos, para que personas con bajo compromiso delictual se contaminen y terminen peor de como ingresaron, entre otros problemas”, indicó Moraga.

“Como institución, nos preocupa el aumento de la prisión preventiva por la vulneración de derechos que significa. Hoy es un extraño el que queda preventivamente preso, pero mañana puede ser uno mismo o un familiar el afectado y nos preocupa que, como sociedad, estamos dispuestos a sacrificar nuestros derechos más básicos en pos de una promesa de mayor seguridad. Y digo promesa, porque es lo que se cree que va a ocurrir, pero la verdad es que tener más presos preventivos no puede -por sí mismo- disminuir los índices de delincuencia”, concluyó.

Puedes ver la entrevista completa en el siguiente enlace: https://fb.watch/r3TWDKk2c6/ 

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