Sala de Prensa

06/09/2016

Equipo institucional llegó hasta la comunidad de Huatacondo, a 220 kilómetros de Iquique

Defensoría difundió derechos penales en localidad más remota de Tarapacá

El jefe regional de Estudios y la facilitadora intercultural expusieron ante vecinos de un pueblo con habitantes quechuas, aymaras y sureños.

Por Héctor Mérida C.,
Defensoría Regional de Tarapacá.

En medio de un recorrido de más de 440 kilómetros, cumplidos en una jornada continua de 12 horas, la Defensoría Penal Pública cumplió la meta de llegar –por primera vez- a uno de los poblados más remotos de toda la Región de Tarapacá: Huatacondo (nido de cóndor, en quechua).

Esta localidad se sitúa en el extremo sur oriente de esta zona desértica, en medio de una estrecha quebrada que serpentea siguiendo unos de los escasos y mínimos caudales de agua provenientes de la cordillera y que no alcanzan a llegar al mar.

El singular villorrio, de unos 60 habitantes estables, se alza en un recodo de una quebrada esculpida en piedra. Esa aridez contrasta con el color de sus sitios de cultivo y de las limpias calles empedradas que albergan una variada flora, que incluye maíz, alfalfa, perales, palmeras, pimientos, cardenales, pitosporos y hasta altísimos pinos, bajo cuya sombra los vecinos escucharon por primera vez las explicaciones respecto del funcionamiento del sistema penal, los derechos de las personas en ese ámbito y la misión que cumple la institución.

“Lo que ustedes nos cuentan es muy importante, es algo que les va a servir a los vecinos”, afirma Yolanda Paniagua, una de la líderes del lugar, quien ayuda a coordinar la mayoría de las actividades de organismos estatales que acuden a este rincón del país.

Eso se explica porque tiene el único teléfono de línea fija del pueblo, que es clave, aunque también se cuente con los servicios de una empresa de comunicación celular.

CHARLA EN LA PLAZA
Pero lo principal es que ella administra el sistema de comunicación por altoparlantes, que permite llegar a los oídos de cada uno de los habitantes con sólo encender el micrófono que almacena en su estar–comedor. Y el mensaje es: “Somos la Defensoría Penal Pública, institución que garantiza la atención a toda persona que necesite un abogado por tener una imputación ante los tribunales penales. Vamos a explicarles cómo prestamos este servicio, por lo que los invitamos a la plaza, al lado de la iglesia del pueblo”.

Con esa ayuda y el interés de una docena de habitantes, los funcionarios lograron explicar las principales funciones que cumple nuestra entidad y reseñar los derechos que tiene cada persona imputada. También, en un importante capítulo de lo tratado, explicaron en qué consiste el servicio de defensa especializada indígena, importante en este lugar que se reconoce formado por descendientes aymaras y quechuas, aunque no faltan los vecinos llegados desde Chillán y otras localidades del sur chileno.

A todos ellos, el jefe de Estudios de la Defensoría Regional de Tarapacá, Gabriel Carrión, apoyado por la facilitadora intercultural Andrea Mamani, les transmitió los mensajes institucionales a través de una conversación entablada a la sombra de los árboles del lugar, en una explanada bordeada por la iglesia en que se venera a la Virgen de Asunta.

Y la evaluación que el abogado hizo de ese encuentro con los vecinos de Huatacondo está en sintonía con las características de este viaje, del pueblo y de sus gentes: “Fue una experiencia propia de los libros de García Márquez: mágico, realista y único en su especie”.

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