Sala de Prensa

20/03/2017

Hoy declararon dos expertos de Carabineros en el juicio oral contra Mauricio Ortega

Peritos del Labocar descartaron presencia de sangre de la víctima en el imputado

Según el defensor público Ricardo Flores, la jornada de hoy permitió demostrar que la altura del verdadero agresor es considerablemente mayor que la de Ortega y que tanto entre el sitio del suceso y la casa en que vivía la pareja, como dentro de esa vivienda tampoco se encontraron restos biológicos o sanguíneos de Nabila Rifo.

Por Valeska Olavarría G.,
Defensoría Regional de Aysén.

En el sexto día de audiencia de juicio oral contra Mauricio Ortega en el Tribunal Oral de Coyhaique, dos peritos del Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar) -el jefe de ese servicio en Coyhaique, capitán Luis Rebolledo Cárdenas, y el fotógrafo Cristian Salazar Riquelme- descartaron que el imputado hubiera tenido rastros de sangre de Nabila Rifo en su cuerpo, cuando fue sometido a peritajes en la tarde del mismo 14 de mayo de 2016, día en que la mujer fue atacada.

Precisaron, además, que tampoco  había rastros de sangre -ni de la víctima, ni de Ortega- en la casa del acusado y que la cerca perimetral situada justo detrás del lugar donde atacaron a Nabila Rifo -en calle Lautaro con Montreal de Coyhaique- mide entre 1,54 y 1,74 mts. de altura.

Al respecto, es relevante recordar que los testigos presenciales de los hechos describieron al agresor como un hombre delgado y alto, que sobrepasaba la altura de dicho cerco, mientras que el único imputado en este caso mide 1,52 mts., de modo que es más bajo que ese cierre perimetral.

En opinión de Ricardo Flores, defensor público de Mauricio Ortega, en este nuevo día de audiencia hubo tres elementos relevantes: “Quedó demostrado que la altura probable del verdadero agresor de la víctima es considerablemente mayor que la que tiene Mauricio Ortega; que entre el sitio del suceso y la casa de mi representado no se encontró ningún rastro sanguíneo o biológico que indicara un tráfico entre ambos lugares, y que en la casa de  Mauricio Ortega no se encontró ningún rastro de sangre o tejidos ni de doña Nabila Rifo ni de Mauricio Ortega”, precisó. 

Agregó que la revisión de las fotografías expuestas por los peritos del Labocar se deduce, además, que no había rastros de una eventual riña o pelea en el comedor de la casa que compartían Nabila y su defendido, dado que todos los objetos expuestos en las imágenes se encontraban en un orden relativo, es decir encima de mesas, sin vidrios quebrados, sillas corridas o cualquier otro signo de violencia.

MANOS LIMPIAS
Respecto de un comentario del fiscal en torno a la particular limpieza que mostraban las manos de su representado al momento de ser revisado por la policía en la tarde de ese día, Flores explicó que dado que Ortega es mecánico, habitualmente se lava las manos con diluyente, lo que no quiere decir que esa madrugada lo haya hecho.

“Peritos de Labocar lo revisaron y él no tenía rastros de diluyentes ni olor a diluyente. Sólo tenía las manos limpias”, explicó.

Respecto del tráfico de llamadas de esa noche, Flores aclaró que su representado no llamó a nadie, ya que su celular fue usado para escuchar música durante la fiesta realizada previamente, la noche del ataque. De los celulares de la víctima, en tanto, el abogado comentó que uno fue encontrado en una cartera y el otro bajo un colchón. Se estima que el resultado de los respectivos peritajes sean exhibidos en los próximos días por la Fiscalía.

ATAQUE SEXUAL
En relación a las declaraciones de los peritos sexólogos del Servicio Médico Legal (SML), quienes el pasado viernes descartaron que la víctima hubiera sufrido una agresión sexual forzada, el defensor Flores aseguró que esta opinión no derriba la teoría de la defensa, ya que la agresión sexual pudo ser no forzada, es decir con la víctima inconsciente. “Los peritos no descartaron la hipótesis de la agresión sexual no forzada”, explicó el defensor.

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