Sala de Prensa

15/06/2017

Participaron más de 70 personas

Defensoría del Biobío organizó diálogo con migrantes del Gran Concepción

El personal del restorán peruano "Fina Estampa" participó en la charla, dictada por la trabajadora social Fabiola Urrutia, quien les explicó el funcionamiento del sistema de justicia criminal chileno y el acceso que tienen a una defensa especializada.

Por Victoria Haquin V.,
Defensoría Regional del Biobío.

Con locales en tres comunas del Gran Concepción, el "Fina Estampa" es el principal restorán de comida peruana en la zona. En sus locales trabajan cerca de 170 personas, casi todas de nacionalidad peruana, aunque tambipen hay algunos chilenos y venezolanos.

De allí la importancia de poder difundir la existencia del modelo institucional de defensa especializada de migrantes y las posibilidades de apoyo con que estas personas cuentan en la Defensoría Penal Pública.   

La charla estuvo a cargo de Fabiola Urrutia, trabajadora social de la Unidad de Apoyo a la Gestión de Defensa (UAGD), quien explico que el objetivo de la actividad fue dar a conocer a las personas extranjeras la existencia de la Defensoría, las características de su rol y su especial preocupación por los grupos vulnerables, dentro de los cuales se encuentran los migrantes, uno de cuyos derechos es la igualdad ante la ley.

Ángel Calderón, dueño del “Fina Estampa”, agradeció el acercamiento propiciado por la Defensoría Regional del Biobío y destacó la labor institucional. “Gracias por pensar no solo en los chilenos, sino también en los migrantes, las personas que vienen de fuera y que desconocemos mucho este tema”, reconoció.

Fabiola Urrutia señaló que las inquietudes planteadas por la gran cantidad de asistentes “tuvieron mucho que ver con su permanencia en nuestro país. Es difícil que ellos comprendan de inmediato la diferencia entre la Ley de Extranjería y un proceso penal. Por ello, la idea es explicar en términos  simples que no es lo mismo, pero que de todas formas la Defensoría los apoyaría en intentar revocar una posible expulsión si se tratara de un tema en que estén involucrados en una condena de un crimen o simple delito”.

El propietario del restorán recordó que hace algunos años debieron enfrentar una acusación penal en contra de uno de sus empleados y que, por desconocimiento, no fueron bien asesorados y debieron desembolsar una importante cantidad de dinero en abogados particulares.

“Nadie está libre de cometer un error”, dijo Ángel Calderón, quien agregó que "por eso es bueno que los chicos que trabajan conmigo cuenten con todas las herramientas para enfrentar esas dificultades”, concluyó.

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