Sala de Prensa

29/06/2017

Después de pasar un año y un mes en prisión preventiva

Blanca Paredes cumplirá condena en libertad

El Tribunal Oral en lo Penal de Antofagasta dio por establecido que la mujer sufrió 35 años de maltrato psicológico por su marido y reconoció dos atenuantes lo que le permitió recibir una condena alternativa, que podrá cumplir en libertad.

Por Julia Arriagada Márquez,
Defensoría Regional de Antofagasta.

Un año y un mes debió pasar Blanca Paredes  Covarrubias (55) en prisión preventiva antes de lograr acreditar que por más de 35 años fue víctima de violencia psicológica, situación que en mayo de 2016 la llevó a actuar con arrebato en contra de su marido, Víctor Hugo Flores, clavándole un cuchillo en su garganta.

Acusada del delito de parricidio frustrado, Blanca debió enfrentar dos juicios orales y llegó a ser la protagonista de una campaña en redes sociales que expuso su vida y los vejámenes que debió enfrentar durante su relación conyugal.

Condenada en el primer juicio a cumplir una pena de 10 años y un día de presidio efectivo, gracias a la acción de la Defensoría Regional recobró su libertad, luego que en el segundo juicio -realizado este martes y miércoles-, los jueces del tribunal oral acogieran dos atenuantes y el Ministerio Publico retirara la agravante de alevosía que había invocado en el primer juicio.

Ello permitió rebajar su condena original en dos grados, de modo que quedó en tres años con el beneficio de libertad vigilada, más el cumplimiento de varios requisitos, como someterse a una terapia y no acercarse a su ex cónyuge, todo lo cual quedará establecido durante una nueva audiencia, fijada para el próximo 9 de julio.

MEJILLONES DE MOVILIZA
Los hechos ocurrieron el 31 de mayo de 2016 en Mejillones, cuando la mujer, angustiada y en un arrebato, clavó un cuchillo en la garganta de su marido. Representada por un abogado particular, en el primer juicio -realizado en abril pasado- fue condenada a 10 años y un día.

Sin embargo, la comunidad de Mejillones, que conocía la realidad que a diario enfrentaba ella en su vida conyugal, se movilizó y llegó hasta el ministro de Justicia, Jaime Campos, quien al conocer los antecedentes sugirió la actuación de la Defensoría.

En ese contexto, fue la propia Defensora Regional, Loreto Flores Tapia, quien activó los mecanismos de acción propios de las prestaciones que ofrece la institución a toda persona imputada que lo requiera y no cuente con un abogado de su confianza.

En primer término, la Unidad de Estudios de la Defensoría Regional redactó un recurso de nulidad, el que fue acogido por la Corte de Apelaciones, tribunal que dio la orden de realizar un nuevo juicio oral en su contra. 

Junto con ello, la Unidad de Apoyo a la Gestión de Defensa (UAGD) y la psicóloga de la Defensoría Regional, Golda Barrientos, tomaron contacto con la imputada y desarrollaron todas las acciones de colaboración necesarias para la actuación de los defensores púbicos Karin Rivas y Stephen Kendall, quienes representaron a Blanca en el nuevo juicio.

VIOLENCIA PSICOLÓGICA
En el acta de deliberación de este segundo juicio, el tribunal oral en lo penal estableció que si bien condenó a la imputada como autora del delito de parricidio frustrado, dejó por establecido que “durante la vida en común la encausada fue de modo sistemático violentada psicológicamente por su cónyuge a través de insultos, descalificaciones, menosprecios en su condición de mujer, madre y esposa, no obstante el cuidado, el respeto y las atenciones que ella le dispensaba”.

Asimismo, el tribunal acogió la tesis de la defensa pública en relación a que en este caso es particularmente relevante el enfoque de género con que se debía abordar, dado que además de ser el sostén económico de su hogar, Blanca Paredes desarrollaba el rol de protección hacia sus hijos y sus nietos.

Al respecto, el tribunal manifestó en el acta que al momento de los hechos, ella “actuó con arrebato", ya que en el momento de los hechos se encontraba “notoriamente angustiada por la salud de su nieta, que había sido hospitalizada en Antofagasta. Se lo comunicó a su cónyuge, quien le respondió con su usual indiferencia y desprecio”.

De esta forma se configuró la atenuante de arrebato u obcecación que propuso la defensa y que se sumó a su irreprochable conducta anterior. Así, con dos atenuantes a su favor y retirada la agravante de alevosía por el Ministerio Público, sus defensores públicos solicitaron que se modificara la prisión preventiva a la que estaba sujeta, a lo que el tribunal accedió, de modo que Blanca Paredes recuperó ayer su libertad.

DEFENSA INTEGRAL
Conocida la información, la Defensora Regional expresó su conformidad con el fallo del tribunal, que “materializa todos los esfuerzos que la Defensoría Regional desarrolla en todos los casos que asume, pero particularmente en aquellos en que se debe tener en cuenta aspectos que derivan de una vulnerabilidad como la de doña Blanca quien tras 35 años de humillaciones por parte de su marido fue víctima de un arrebato”.

Loreto Flores explicó que la labor de la Defensoría está vinculada a una serie de acciones de gran relevancia, que van desde los aspectos jurídicos a los sociales, pasando por temas psicológicos y técnicos.

"En este circuito se involucra a profesionales que toman contacto con los imputados, sus familias y gracias a sus respectivas áreas, nos aportan los antecedentes que se exponen ante el tribunal. Estamos muy satisfechos, porque este caso sienta un precedente frente a las circunstancias que se debe tener en cuenta desde una perspectiva de género”, finalizó Loreto Flores Tapia.

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