Sala de Prensa

02/03/2018

Columna de opinión:

Desafíos y expectativas

El siguiente artículo, publicado por el diario El Divisadero de Coyhaique, fue escrito por Ricardo Flores, Defensor Regional (S) de Aysén.

Por Ricardo Flores Tapia,
Defensor Regional (S) de Aysén.

Tal vez porque para la mayoría de los chilenos las responsabilidades económicas, laborales y escolares se hacen más patentes desde marzo, tenemos la sensación que el año en realidad comienza hoy, dejando atrás el periodo estival y enfrentando los desafíos que proponen los meses venideros.

Es por ello que quisiera compartir a grosso modo algunas de las expectativas que tenemos para este año, como servicio público centrado en defender los derechos y garantías de las personas.

Desde que comenzamos nuestra labor, hace casi 16 años atrás, hemos buscado que la comunidad comprenda la relevancia de la defensa penal pública, cuyo servicio está pensado para todas las personas que habitan nuestro país.

“Sin defensa no hay justicia” dice nuestro lema y aunque en un inicio haya costado comprenderlo, creemos que hoy al menos se ha asumido como parte de los derechos que nos asisten, sobre todo luego de que mediáticamente se han difundido casos que demuestran que cualquier persona, de cualquier edad y condición social -incluso una persona inocente- puede llegar a ser sindicada como autora de una falta, delito o crimen y es en ese momento que requiere de una defensa profesional de calidad para enfrentar la persecución del Estado y sus demás instituciones.

Después de casi 16 años de trabajo, nuestra institución se encuentra en una etapa de consolidación en la que esperamos no sólo continuar fortaleciendo las áreas de trabajo que hemos desarrollado, sino profundizando la calidad de las áreas que consideramos más relevantes.

Hasta hoy hemos desarrollado un trabajo orientado a la especialización de la defensa, en el entendido de que dotando a nuestros defensores y demás profesionales de conocimientos más acabados y específicos, y generando además procesos diferenciados, podremos ofrecer también una mejor calidad en la atención de nuestros usuarios, particularmente aquellos que se encuentran en una situación más vulnerable, como son los adolescentes, privados de libertad, mujeres, personas inimputables, migrantes y descendientes de pueblos originarios.  Esta mirada seguirá siendo uno de los ejes de nuestra gestión.

Es relevante señalar que somos la única institución del sistema procesal penal que ha recogido el guante en torno a la necesidad de contar, por ejemplo, con defensores especializados en materia adolescente.  Esperamos que en un futuro no muy lejano esta especialización alcance a todos los actores, en este y otros segmentos vulnerables de la población, toda vez que una justicia especializada aborda de mejor manera las situaciones de los involucrados en un proceso penal y las necesidades de la sociedad.

Otro de nuestros objetivos es acercarnos a la comunidad difundiendo nuestros mensajes, que en definitiva son los mensajes de un Estado garante de derechos, y tendiendo puentes para una retroalimentación efectiva.

Madurar nuestros procesos internos, mantener una gestión eficiente y responder a la altura de los desafíos que impone una sociedad cada vez más empoderada son también parte de nuestras metas.

En definitiva, durante este año esperamos desarrollar nuestro quehacer de manera eficiente y transparente, de manera de comenzar una etapa de consolidación de nuestra institución.

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