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21/04/2020

En la región de O'Higgins

Equipo de defensa juvenil logró sacar a menores que se encontraban en internación provisoria en cárcel de menores

A través de la gestión con fiscalía y tribunales, se logró sustituir cautelar o realizar juicios abreviados para lograr condenas en libertad.

Por Andrea Contreras Márquez,
Defensoría regional de O'Higgins

Ocho adolescentes permanecían en el Centro de Internación Provisoria (CIP) de Graneros al momento de decretarse la emergencia sanitaria por el Covid-19. De inmediato, la unidad de defensa penal juvenil de la Defensoría Regional de O’Higgins solicitó a los tribunales la revisión de sus causas, buscando sustituir la medida cautelar de privación de libertad o realizar juicios abreviados que permitieran a los jóvenes cumplir sanciones con medidas distintas a la privaciòn absoluta de libertad.

Para este efecto, los cinco abogados y abogadas del equipo, acompañados por la trabajadora social y la asistente de la unidad, aceleraron las gestiones de defensa para presentar los antecedentes necesarios ante los tribunales de Rengo, Rancagua, Graneros y San Fernando, respectivamente.

El objetivo era lograr que los menores abandonaran el centro de reclusión juvenil. En uno de los casos se solicitó sustitución de medida cautelar, mientras que en los otros siete se promovió la realización de juicios abreviados, lográndose en ellos sanciones en régimen semicerrado o en régimen de libertad asistida.

TRABAJO SATISFACTORIO
Según el defensor público juvenil Rodrigo Cabezas Droguett, este trabajo resultó satisfactorio, porque permitió aportar tranquilidad a los jóvenes y a sus familias, al evitar un potencial daño a su salud física y psicológica. 

“Encontrarse privado de libertad, para un niño o adolescente resulta en sí misma una una circunstancia reisgosa para su desarrollo personal y social. Cu, ando a ello le agregamos un peligro inminente como una pandemia, que podría poner en riesgo su salud fisica, eso irremediablemente afecta en forma directa su salud psicológica. La convivencia interna en un centro privativo de libertad deviene en extremo peligrosa, no sólo para ellos y su familia, sino que también para los funcionarios que trabajan en ella”, explicó el defensor juvenil.

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